Unas ventas anuales de 8,7 millones de vehículos y unos ingresos de 170.000 millones de euros son las cartas de presentación de la unión entre FCA (que agrupa a las marcas Fiat, Chrysler, Alfa Romeo, Jeep, Lancia y Dodge, entre otras) y PSA (Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall). Una fusión que creará el cuarto grupo automovilístico más grande del mundo.
Según el comunicado oficial, esta unión combinará «las fortalezas de las respectivas marcas de ambos grupos en los segmentos lujo, prémium, turismos generalistas, SUV, camionetas y vehículos comerciales ligeros, haciendo que juntas sean más fuertes». Además, la empresa resultante de la fusión se beneficiará del intercambio de tecnologías de movilidad sostenible y también en materia de electrificación, conducción autónoma y conectividad.
3.700 millones de euros
Se calcula que la fusión reportará 3.700 millones de euros en sinergias (ahorro de costes), derivadas sobre todo de «una asignación de recursos más eficiente para inversiones a gran escala en plataformas de vehículos, propulsión y tecnología y mayor poder adquisitivo inherente a la nueva dimensión del grupo». El 80% de esos 3.7000 millones se lograrían en un período de cuatro años y «las sinergias no se basan en el cierre de ninguna planta», según explican ambos grupos.
Aunque la fusión está pendiente del cierre de las condiciones finales y no se formalizará hasta dentro de unos días, ya se sabe que en la nueva compañía cada uno de los socios (FCA y PSA) tendrán el 50% de las acciones. El domicilio estará en Holanda y contará con John Elkann (FCA) como presidente y Carlos Tavares (PSA) como consejero delegado durante un periodo inicial de cinco años.
Para Carlos Tavares, esta convergencia «aporta un valor significativo a todas las partes interesadas y abre un futuro brillante para la empresa resultante de la fusión. Estoy satisfecho del trabajo realizado hasta ahora con Mike y estaré muy feliz de trabajar con él para construir juntos una gran compañía», ha dicho.
