Los coches de hoy en día serían absolutamente inconcebibles sin dirección asistida. Se trata de un sistema relativamente sencillo en su funcionamiento pero que alivia muchísimo el trabajo del conductor. Sus inicios se remontan a los años 40 del siglo pasado, pero no fue hasta 1951 cuando Chrysler lo introdujo en un coche de calle. Así es la dirección asistida de un coche y así debes cuidar la dirección asistida.
Cuidados de la dirección
Respecto a los cuidados que debemos tener con la dirección asistida del coche, las precauciones más importantes son las siguientes:
- Comprobar la presión de los neumáticos con frecuencia. Si la presión es demasiado baja el sistema necesita hacer mucha más fuerza para girar los neumáticos, lo que puede acabar por pasar factura al motor eléctrico.
- Debemos tener cuidado con los bordillazos y similares, pues al final la fuerza del golpe acaba por afectar al motor eléctrico y a los engranajes del sistema.
- No hay que forzar la dirección cuando ya está girada al máximo. Es absurdo seguir forzando el volante cuando ya hemos llegado al tope, porque no logramos girar más sino forzar el servo y con ello la dirección.
- Mejor no girar la dirección en parado. En estas condiciones todo el peso del coche y el motor recae sobre el eje delantero y girar en parado supone forzar de nuevo el sistema eléctrico, aunque se trata de un sistema preparado para ello, no existe necesidad. Es mucho mejor hacer uso de la dirección cuando el coche está en movimiento, por poco que sea.
