Aunque ya nos hemos acostumbrado al Pegasus, y a que la Dirección General de Tráfico (DGT) utilice helicópteros para multar los excesos de velocidad y otras imprudencias desde el aire, este sistema tan solo lleva diez años vigilando las carreteras y es uno de las herramientas más revolucionarias para multar.
Es probablemente uno de los radares que pasa más desapercibido, pues si ya es bastante complicado percatarse cuando pasamos junto a ellos en la carretera, imagínate estando a 300 metros sobre el suelo.
El pegasus accidentado de la DGT
El helicóptero Pegasus ha estado de rigurosa moda en las últimas semanas, por un episodio que no ha dejado en muy buen lugar a la Dirección General de Tráfico. Hace unos días saltaba la noticia a los medios de que un helicóptero Pegasus había tenido un accidente y había quedado destrozado. Hasta aquí, podría ser una noticia normal con una impactante foto, pero la situación resulto ser mucho más estridente.
El mencionado Pegasus tuvo que realizar un aterrizaje forzoso del que no salió bien parado. La aeronave quedó prácticamente destrozada, y los dos ocupantes, el piloto y el operario del equipo resultaron heridos leves. Pero lo que más ha llamado la atención es que el piloto, tras realizarle las pruebas pertinentes, resultó dar positivo en cocaína y metanfetaminas. El revuelo que causó está noticia entre la población no ha sido poco, sobre todo, teniendo en cuenta el severo control y las innumerables campañas que realiza la DGT para prevenir el consumo de drogas al volante.
