Resulta cada vez más difícil cumplir con las estrictas normativas de emisiones y consumos de los distintos países, especialmente en Europa, y es por esto que los fabricantes dan cada vez más importancia a la aerodinámica de sus nuevos modelos. Volkswagen no es una excepción, sin embargo, lo curioso es que su modelo más eficaz en términos aerodinámicos tiene nada menos que 40 años. Hablamos de el prototipo llamado ARVW, cuya combinación de bajo peso y excelente coeficiente de resistencia al aire; 0,15, le hicieron convertirse en un modelo de récord. Para que se hagan una idea de la cifra en cuestión, en 2018 el Clase A Sedán de Mercedes-Benz se convirtió en el coche de producción con menor coeficiente aerodinámico del mundo: 0,22.
Y es que este ARVW fue creado para demostrar como podía influir este elemento junto con el peso en la potencia diaria. Es decir, con una potencia modesta, estos elementos pueden hacer que el vehículo sea una auténtica bala.
Con 179 CV alcanzó 362 km/h
La idea surgió con la crisis del petróleo de los 70, por lo que los ingenieros buscaron las formas de conseguir un máximo ahorro de combustible y la mayor energía de empuje posible. Este fue el resultado, un monoplaza de 838 mm de alto y 1.100 de ancho que equipaba unas ruedas carenadas y un suelo totalmente plano. Además, estaba construido en fibra de vidrio y de carbono, mientras que el chasis era de aluminio. Como corazón del vehículo tenía un motor turbo de 2,4 litros y seis cilindros que era diésel. Este producía la modesta cifra de 179 caballos, potencia que no le impidió marcar, tras solo una hora de pruebas, los 355 km/h en el circuito de Nardo. Finalmente acabó alcanzando una velocidad máxima de 362 km/h.
Y es que este modelo basó todo su potencial en la aerodinámica, e incluso prescindió de muchas ventilaciones por que iban a alterar este propósito. En su lugar, el coche contaba con un depósito de agua que la inyectaba en la toma del turbocompresor para así refrigerarlo sin tener que recurrir a ventilaciones abiertas.
