Aunque ya nos hemos acostumbrado al Pegasus, y a que la Dirección General de Tráfico (DGT) utilice helicópteros para multar los excesos de velocidad y otras imprudencias desde el aire, este sistema tan solo lleva diez años vigilando las carreteras y es uno de las herramientas más revolucionarias para multar.
Es probablemente uno de los radares que pasa más desapercibido, pues si ya es bastante complicado percatarse cuando pasamos junto a ellos en la carretera, imagínate estando a 300 metros sobre el suelo.
El radar realiza tres mediciones y calcula la velocidad media
Por su puesto el helicóptero dela DGT también se dedica a captar las imprudencias fuera del vehículo, como adelantamientos indebidos, coches que no respetan la distancia de seguridad, maniobras peligrosas, y por supuesto, la multa estrella: los excesos de velocidad.
Según fuentes de tráfico, el porcentaje de infracciones de velocidad captadas por el Pegasus es cinco veces más alto que las registradas por otro tipo de radares. Para captar la velocidad de los vehículos el helicóptero incorpora un telémetro láser, que es capaz de determinar la distancia entre la aeronave y el vehículo vigilado. Si el operario que maneja el radar percibe que está sobrepasando el límite debe realizar tres mediciones de velocidad a tres, seis y nueve segundos. Si la media de estos valores es superior a la velocidad de la vía, se empieza tramitación de la multa.
