El futuro de la automoción no es nada fácil de aventurar. Las numerosas leyes anticontaminación, cada vez severas, hacen que decidirse por un tipo de coche u otro no sea tan sencillo. Antiguamente solo había que elegir entre gasolina y diésel, y la mayoría de españoles optó por la segunda, ya que lo consideraban un vehículo más eficiente.
La decisión en la actualidad no es tan sencilla, y se basa más en hacer predicciones sobre las restricciones de contaminación y en la evolución de la automoción, más que en los gustos particulares de cada conductor. Sin olvidar el detalle de que los coches nuevos cada vez son más caros y que las soluciones eléctricas no acaban de convencer a muchos usuarios.
El adiós de los coches diésel
Las medidas ecologistas contra el diésel han conseguido cambiar la balanza de lado, y los conductores españoles en la actualidad prefieren optar por la compra vehículos de gasolina. Esto sumado, a que cada vez salen al mercado menos opciones diésel, provoca que no sea eficiente apostar por la compra de un coche nuevo diésel.
A parte de las restricciones de circulación para este tipo de coches, que están vetados porque se considera que son más perjudiciales para la calidad del aire de las ciudades que los de gasolina, hay que sumar un encarecimiento de este tipo de combustible. Todos los analistas apuntan a que nos enfrentamos a una escasez del diésel que no va a contar con ningún apoyo, ya que se considera un combustible más contaminante. Además, los fabricantes se han visto obligados a incluir costosos sistemas anticontaminación, que provocan averías muy caras para sus propietarios.
