Los patinetes eléctricos han sido elegidos por muchos urbanitas como su forma favorita de recorrer diariamente ciertos trayectos en ciudad. Su uso no ha sido potenciado por las administraciones y, pese a ello, cada vez tiene más presencia en las calles. Esta forma de transporte 100% eléctrica es ideal por su comodidad, rentabilidad y versatilidad.
La popularización del patinete eléctrico es la prueba viva de cómo una forma de transporte cómoda y sostenible se puede generalizar por elección de los consumidores y no por imposición. Las empresas se han apuntado a esta tendencia tan popular y cada vez proliferan más empresas de alquiler de patinetes, que simplifican aún más esta forma de movilidad. Sin embargo, pese a su alta demanda hay una ciudad europea que podría ser la primera en prohibir estos dispositivos.
3Críticas hacia estos mecanismos de micromovilidad
Las principales críticas de los organismos de Tráfico hacia estos vehículos de alquiler se centran en la seguridad. La popularización de este medio de transporte trae consigo un aumento en los accidentes registrados por el mal uso de estos dispositivos, y también motivados por la falta de espacios diferenciados para que estos vehículos puedan circular con mayor seguridad.
Recordemos que la nueva Ley de Tráfico prohibió la utilización de los patinetes en las aceras, evitando los atropellos a peatones. La circulación de los patinetes queda, por tanto, relegada a los carriles bici. En caso de no existir este tipo de carriles, los usuarios de patinetes se ven obligados a compartir la calzada con los coches, creando también una situación de inseguridad. Sin embargo, parece que el camino a seguir por las instituciones no es el de reforzar la infraestructura para garantizar la seguridad vial de esta alternativa al coche, sino la de prohibir y restringir su utilización. Por eso, en París se están planteando la prohibición de los patinetes de alquiler.
