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Nuevo Renault Scénic. Más SUV, menos clásico

Nadie le va a enseñar a Renault a hacer monovolúmenes. En su día abrió esa vía con el Espace y, sobre todo,con el Scénic, convirtiéndose en una referencia en este tipo de vehículos. Por eso la marca francesa tiene crédito para innovar o, incluso, redefinir este concepto. Y lo ha hecho sin que le tiemble el pulso. Parece claro que los gustos están cambiando, por eso la cuarta generación del mencionado Scénic tiene un perfil estético más SUV, sin dejar de ser monolumen, algo que también se hizo con el último Espace.

Tuvimos ocasión de ver al nuevo Scénic en su debut en el Salón de Ginebra, y ahora hemos tenido la oportunidad de conocerlo al detalle. Ya sólo nos falta probarlo dinámicamente. Lo primero que nos llama la atención es su diseño, menos clásico y mucho más pasional. Su frontal recuerda mucho al del Captur, los poderosos pasos de rueda le dan fuerza y pese a ser más grande, no lo parece. Además, se contempla la posibilidad de rematar el conjunto con una llamativa pintura bicolor.

Llantas de 20 pulgadas de serie

El nuevo modelo mide 4,41 metros de largo (4 centímetros más que el modelo anterior), 1,87 de ancho (+2) y 1,65 de alto (+1,3). También la distancia entre ejes gana 3,2 centímetros (2,73 metros), pero lo que más llama la atención es su elevada altura respecto al suelo, ahora de 17 centímetros, cuatro más que antes. Buena parte de 'culpa' la tienen las enormes llantas de 20 pulgadas que monta de serie toda la gama, con unos neumáticos de medida poco frecuente (195/55 R20).

El interior ha dado un importante salto cualitativo y se rodea de una atmósfera y de detalles ya conocidos en modelos recientemente lanzados por Renault. Por ejemplo, el cuadro de mandos es igual al del Kadjar, la pantalla táctil tipo tablet de la consola central es la misma del Mégane y el cajón Easy Life lo hereda del Espace. Este presume de 11,5 litros de capacidad y cuenta con apertura por medio de un sensor táctil eléctrico, solución que conocíamos en algunos modelos de Jaguar. Esta guantera-cajón está iluminada y climatizada. El nuevo Scénic también presume de elementos propios, como un mueble deslizante muy práctico en la consola central, ubicado entre los asientos y que ofrece 13 litros de capacidad.

Ergonómicamente vamos sentados, como es lógico, más elevados que en un Mégane con el que comparte plataforma. Se ha mejorado la visibilidad porque los pilares A son más estrechos y están orientado de tal forma que ofrecen el máximo ángulo de visión. La palanca del cambio se ubica más cerca del volante y los asientos delanteros son más confortables (similares a los del Espace). Contemplan hasta ocho regulaciones eléctricas, además de estar calefactados y añadir una confortable función con masaje.

Menos modulable

Detrás se ha perdido algo de modularidad con respecto al modelo anterior. Ya no hay tres butacas individuales. Ahora se apuesta por una configuración 40/60 y ambas secciones se pueden desplazar longitudinalmente casi 20 centímetros. Detalles como unas salidas de aire laterales, un cajón deslizable en la parte trasera de la consola central, una toma de 12 voltios y dos más USB, y dos cofres bajo el piso (hay dos más en las plazas delanteras) facilitan mucho las cosas. Asimismo, mantiene, pero mejora, las prácticas bandejas tipo avión Easy Life situadas en los respaldos delanteros a modo de 'mochila'. Ahora contemplan fijaciones para tablets o smarthphones y la única pega es que, incluso cerradas, resultan algo voluminosas y pueden repercutir en el confort si el pasajero de atrás es alto, pues las rodillas quedan muy cerca.

Otra cosa que nos ha llamado la atención es que, pese a ser más ancho que el modelo anterior, la cota de anchura que hemos medido a la altura de los hombros (133 centímetros) es algo inferior. A pesar de todo, la sensación de amplitud y luminosidad (más con el techo panorámico de cristal de nuestra unidad) es soberbia.

Detrás el amplio portón da paso a un maletero con 496 litros (26 más que antes). Es amplio y diáfono, con 81,5 centímetros de fondo y 108 de ancho en el paso entre ruedas, además de firmar un umbral de carga de 68 centímetros. Dispone de avanzadas y prácticas soluciones, como el sistema One Touch Folding, que permite abatir los respaldos traseros automáticamente, por secciones o todos a la vez, resultando una superficie de carga prácticamente plana.

A bote pronto esto es lo más destacado del nuevo Renault Scénic. Ahora nos falta completar el ciclo con una prueba dinámica que realizaremos en breve. Será la ocasión para transmitiros las sensaciones de este vehículo, aunque ya os adelantamos que contará con una amplia gama de posibilidades. Seis serán las motorizaciones que monte, cuatro diésel dCi con 95, 110, 130 y 160 caballos, así como dos variantes de gasolina TCe, con 115 y 130 CV de potencia, todos ellas turboalimentadas. Los dos diésel más potentes contemplan la caja de cambio de doble embrague EDC.

La gran novedad llega con una nueva y sofisticada versión híbrida. Denominada Hybrid Assist, combina el motor diésel dCi 110 con otro eléctrico, alimentado por una batería de 48 voltios de ion litio, que presumirá de unos consumos récord en su categoría. En ningún caso podrá funcionar de modo eléctrico exclusivamente. Se trata de una 'ayuda', una asistencia eléctrica al más puro estilo de la utilizada en la Fórmula-1 y por eso se mantiene el cambio manual de seis relaciones. Esta tecnología la estrena el Scénic, aunque pasará a otros modelos de la marca.

Conducir a la carta

Nacer desde la plataforma CMF le permite incorporar avanzadas tecnologías, entre ellas el sistema Multi-Sense. Así, desde la pantalla táctil vertical de 8,7 pulgadas o desde unos mandos situados en la consola central, se puede optar por cinco programas de conducción diferentes (Neutro, Sport, Confort, Individual y Eco), variando los parámetros de la dirección, el acelerador, el cambio EDC y hasta la luz ambiente. Y no se descarta que más adelante el sistema 4Control (dirección a las cuatro ruedas) se incorpore con alguna nueva motorización.

La seguridad también gana puntos con respecto al modelo al que sustituye, al incorporar sistemas como una frenada de emergencia activa hasta los 60 km/h, con detección de peatones, una alerta por cambio involuntario de carril que ahora actúa sobre la dirección para mantener la trayectoria, una alerta de fatiga del conductor, un control de velocidad adaptativo, un asistente de luces de carretera automático, otro de aparcamiento manos libres…

No menos atractiva es la oferta multimedia, con el sistema R-Link 2 como abanderado de una tecnología que nos permitirá, mediante órdenes de voz, gestionar funciones del navegador, el teléfono, el equipo de sonido…

En definitiva, un nuevo paso adelante de un modelo que inauguró este segmento y que ahora parece reorientarlo hacia el gusto de las nuevas tendencias, pero pensando siempre en la familia.