Viendo las imágenes originales de este Ferrari tal y como estaba cuando lo encontraron resulta difícil creer que sea el mimo que podemos ver en estas imágenes una vez restaurado. En concreto se trata de un Ferrari 330 GTC, una pieza única. Tres años separan unas imágenes y otras y centenares de horas de trabajo de especialistas en artesanos.
Ferrari 330 GTC, un desafío de tres años
El trabajo dio comienzo con la retirada de todos los guarnecidos interiores del coche, asientos y todos los elementos decorativos. Después se hizo lo mismo con el exterior, y una vez ’desnudo’ comenzaron los trabajos de restauración. Así ha quedado este Ferrari.
Posteriormente se desmontaron los elementos mecánicos del coche y se pulió todo el bastidor mediante técnica de chorro de arena. Un trabajo muy delicado pero necesario para poder asegurar el resultado final de la obra. En este caso en vez de proyectar arena se optó por proyectar cáscara de nuez molida, que ofrece un resultado mucho más fino.
Por último se eliminaron todos los rastros de pintura azul, pues había sido repintado en este color, y se consultó con Ferrari el color original para aplicarlo. En este caso un verde hoja, en concreto Verde Chiaro Metallizato.
Tapiceria y guarnecidos
En el interior se llevó a cabo un trabajo similar, eliminando toda la tapicería de piel negra, que no era original, y se sustituyó por una tapicería de cuero beige Ferrari Collony. Todos los elementos originales, así como alfombras y techo interior en materiales originales. También se renovó los almohadillados de los asientos.
El salpicadero fue otra de las partes que requirió más atención. Tuvieron que recuperar el tono de madera original, lo cual requirió la aplicación de diferentes capas de barniz. El mayor desafío fue cerrar un agujero que alguien había hecho sobre la madera del salpicadero.
Cromado como nuevo
Por supuesto que todos los embellecedor y similares tuvieron que limpiarse a fondo con chorro de arena y volver a cromarse. Por último se dio paso a la mecánica quedando gratamente sorprendidos por el estado de forma de un motor que tras 700 kilómetros de prueba homologó una potencia de 300 caballos a 7.000 vueltas.
56 años de historia del automóvil sobre ruedas que vuelven a la vida de la mano de Bell Sport & Classic. Tal y como dicen los responsable se trata de una restauración sencillamente perfecta, en la que tras desmontar el más pequeño de los componentes puedes descubrir el sello Ferrari en cada detalle, pues tan sólo se han usado elementos originales.
El reconocimiento ha sido inmediato, y tras su presentación en sociedad faltaron sólo unos días para que recibiera el Salon Privé Concours d’Elegancia 2022.
