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Los proveedores europeos del sector del automóvil ven un futuro negro

Este año, el 23% de los proveedores europeos del sector del automóvil prevé obtener pérdidas, mientras que para 2023 este porcentaje se eleva hasta el 27%, según los datos de la última encuesta realizada por la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (Clepa), que agrupa a más de 3.000 empresas, que emplean de forma directa a 1,7 millones de personas.

Según esta organización, la situación que atraviesa el sector de proveedores del automóvil es de «preocupación» y el 70% de los encuestados ha asegurado que tiene una «perspectiva negativa» del futuro de su negocio, frente al 18% que auguraba un futuro incierto en otoño de 2018.

Esta perspectiva negativa se debe a las constantes dificultades que atraviesa el sector de proveedores del automóvil derivadas del incremento de los costes de la energía y la falta de semiconductores. Estas dos circunstancias afectan de forma negativa al 96% de los proveedores. Además, la inflación de materias primas está afectando al 85% de estas empresas, mientras que la escasez de semiconductores sigue teniendo un impacto significativo en los márgenes de beneficio del 65% de los proveedores del automóvil encuestados.

«Con casi el 70% de los proveedores operando muy por debajo de los márgenes operativos del 5%, la financiación de la transición verde y digital se está volviendo cada vez más desafiante. Los proveedores se mantienen firmes en su compromiso con el gasto en I+D, pero sin acceso a energía asequible en la Unión Europea y sin un reparto justo de la carga de la inflación a lo largo de la cadena de suministro, la competitividad y la velocidad de la innovación en el sector disminuirán», ha explicado el secretario general de Clepa, Benjamin Krieger.

Los proveedores del automóvil en Europa auguran un 2023 de pérdidas.

Los proveedores, preocupados la inflación y la falta de chips

La encuesta también refleja que el 80% de estas empresas no reciben ninguna compensación o tienen una compensación limitada de los fabricantes de vehículos por el aumento de los costes de energía y fletes o las interrupciones de la cadena de suministro, mientras que el 42% tiene dificultades para obtener una compensación por los costes de las materias primas.

Según la organización, la limitada capacidad de los proveedores para transmitir aumentos de los costos de producción prevalentes es muy crítica para muchos –algunos incluso temen la bancarrota de proveedores del automóvil más pequeños o proveedores que se trasladan a industrias adyacentes– poniendo en peligro la integridad de todo el ecosistema automotriz.

A pesar de la presión generalizada, el 85% de los encuestados explica que no reducirá la inversión en I+I para compensar las pérdidas, lo que demuestra que el compromiso de la industria del suministro del automóvil con las nuevas soluciones de movilidad sigue siendo fuerte. Sin embargo se preguntan si esto será sostenible dadas las perspectivas económicas actuales, ya que «reducir las inversiones en innovación socavaría gravemente la transición a la movilidad, así como la competitividad y el crecimiento a largo plazo del sector», añaden.