Los radares de velocidad llevan muchos años controlando las carreteras españolas. El control exhaustivo que hace la Dirección General de Tráfico (DGT) tiene un impacto innegable en la seguridad vial.
Las multas de velocidad son un importante revulsivo para que los conductores no olviden mantenerse dentro de los límites permitidos. Sin embargo, siempre hay quien intenta eludir el control de los radares a base de frenazos. Las nuevas directrices de la DGT buscan acabar con estas artimañas.
¿Cómo funcionan los radares en cascada?
Los radares cascada no son diferentes a los radares que siempre ha utilizado la DGT. El punto fuerte de los radares en cascada reside en que son la combinación de radar móvil y fijo. Esta original idea de la DGT permite pillar desprevenidos a los conductores imprudentes, que solo frenan cuando ven la caja del radar fijo.
El funcionamiento de los radares en cascada es muy sencillo. Consiste en colocar un radar móvil metros antes del radar fijo. De este modo, el radar móvil registra la velocidad real a la que va un conductor, antes de que frene al darse cuenta de que está llegando a la cámara de un cinemómetro fijo.
