Tras el lanzamiento a finales del pasado año de la nueva generación del Peugeot 308 es el turno de la carrocería familiar SW. Ya la pudimos ver coincidiendo con la presentación de la versión hatchback y ahora hemos podido conducir el nuevo Peugeot 308 SW.
El 308 ha sido el primer Peugeot nacido bajo la nueva identidad de la marca, hito marcado por el nuevo logo que destaca sobre la parrilla delantera. Y así se manifiesta en este nuevo Peugeot 308 SW que mantiene intacta su vista frontal pero que muestra un perfil lateral y una parte posterior diferenciadas para convertirse en una berlina compacta familiar.
Un segmento, el de las berlinas familiares que no han encontrado el mismo éxito en España que en la mayoría de mercados europeos, muy por encima de las berlinas con carrocería sedán. Pero suponen una alternativa perfecta a los SUV, a los que superan dinámicamente y en capacidad y versatilidad de carga. Dos razones de peso.
Según los estudios de Peugeot, el cliente potencial para el nuevo 308 SW es una persona en activo (82%), joven (46 años de media), con pareja (85%) e hijos (57%). La mayoría hombres (79%). Y de éstos, un 11% tienen actualmente un SUV, un 13% una berlina SW y un 41% un sedán.
Amplia oferta de motores
El Peugeot 308 SW ofrece la misma oferta de motores que la berlina, con variantes diésel, gasolina e híbridas enchufables. En gasolina, PureTech, sobre el bloque tres cilindros de 1,2 l de cilindrada sobrealimentado, dispone de la variante de acceso de 110 CV y una versión de 130 CV. Los mismos que anuncia para el BlueHDi. Las dos versiones más potentes con cambio manual MT6 o automático, mientras el 110 CV siempre asociado al cambio MT6.
Las variantes de mayor rendimiento y a la vez más sostenibles y eficientes son las dos movidas por un sistema de propulsión híbrido enchufable, que homologan una autonomía en funcionamiento eléctrico de 60 y 59 km respectivamente. Ambas están alimentadas por una batería de iones de litio, con una capacidad de 12,4 kWh. Para su recarga completa a 3,2 kW, requiere 3,25 horas. Mientras en un cargador de 7,4 kW –la potencia máxima que admite, siempre con corriente alterna–, el tiempo previsto es de 1 hora y 40 minutos. Peugeot ofrece una garantía de 8 años o 160 000 km para el 70% de la capacidad de la batería.
