Pese a que Yamaha no es una marca que suela fabricar coches, la realidad es que tiene cierta experiencia en el desarrollo de automóviles. De hecho en 2007 ya presentó un primer estudio denominado Yamaha Tesseract, creado como un wanna be de moto con cuatro ruedas de funcionamiento independiente y con la capacidad de inclinarse en las curvas para mejorar las trazadas.
Una combinación única
Pues bien, tomando esta idea del Tesseract, la marca de los diapasones ha transformado este concepto en algo mucho más util para el día a día, dotando a este vehículo de un chasis de mayores dimensiones sobre el que se acopla un habitáculo abierto para albergar al conductor con la particularidad de que al llegar a las curvas se inclinará como si fuese en una moto.
Para conseguir estos resultados, la parte ciclo se ha configurado con cuatro ruedas que funcionan de manera completamente independiente, contando cada una con suspensión propia y frenos de discos. El tren delantero equipará un sistema de dirección para darle maniobrabilidad y el trasero será el encargado de mover el conjunto gracias a la energía transmitida por un motor eléctrico ayudado por un pequeño generador de combustión para incrementar la autonomía.
En propias palabras de Yamaha, el MWC-4 «ofrecerá las emociones de conducción de una motocicleta con una sensación de confort y control desconocido en el mundo de las dos ruedas en la mitad de tamaño de un coche». Lo que se asemeja mucho a lo que dice Renault de su Twizy.
Recordemos que esto sólo ha sido un ejercicio de diseño y que aún queda algún tiempo para que veamos en las carreteras un cuatriciclo o automóvil con habitáculo que sea capaz de inclinarse en las curvas. No obstante viendo el interés de las marcas en este tipo de movilidad compacta, ligera, ágil y eficiente quizá sea sólo cuestión de tiempo que prototipos como el de Yamaha se conviertan en una realidad.
