Hay finales que se ven venir desde lejos. La ‘Renaulution’ siempre fue el verdadero plan. Eliminar el excedente y que todo lo que continúe en el Grupo Renault aporte valor. Esto es más que necesario ahora para Luca de Meo, responsable del Grupo, porque la crisis de los microchips, que provocó que en 2021 dejaran de fabricar 500.000 vehículos, y la invasión rusa a Ucrania, ha tenido consecuencias directas para la marca… en la que los cerca de 20 millones de euros de sueldo de Fernando Alonso empiezan a sobrar.
Ante esta situación, el bicampeón español se ofrece a otros equipos, seduciéndoles con propuestas, incluso, que hasta ahora no habían salido de su boca: «No hay muchos pilotos número 1 o número 2 ahora mismo. Los equipos necesitan que los dos pilotos trabajen juntos para mejorar el coche. Con las nuevas reglas, aprendes mucho de cada vuelta y debes trabajar para mejorar el coche. Veremos cuáles son las posibilidades para los próximos años», dijo, recientemente. Ya sea como cabeza de ratón o cola de león, nuevos aires para él son posibles, pero siempre dentro de la Fórmula 1.
Williams y Haas no cuentan para Fernando
Los farolillos rojos de la parrilla nunca deberían ser una cábala a tener en cuenta para Fernando Alonso. Haas y Williams a duras penas mantienen su existencia. A pesar de su buena relación con cargos importantes de ambos equipos y de que Mick Schumacher, Álex Albon y un más que cuestionado Nicholas Latifi terminen contratos en este 2022, rebajarse al nivel de cerrar las parrillas sin aspiraciones debería ofrecer la reflexión a Alonso de que, si estas son sus únicas opciones, el sofá de su casa podría ser un asiento mucho más digno, a no ser que retos ya conocidos como el Dakar o las 500 millas de Indianápolis, que últimamente rehuye en cuanto tiene ocasión, lleguen de nuevo a su vida.
