La era dorada de la industria automotriz es sin duda la de los años 60 y los años 80. Las marcas se atrevían con arriesgadas ideas para conquistar a un público que soñaba con conducir coches cada vez más poderosos. En este contexto nació en Estados Unidos el fenómeno de los «muscle car«, coches deportivos que ofrecían una gran potencia a un precio asequible.
Si aún no te haces una idea de a qué tipo de coches nos referimos, ahora no te va a quedar ninguna duda. Kitt, el coche más famoso de la televisión es un «muscle car». David Hasselhoff conducía en la serie uno de los mayores exponentes de este movimiento ¿Quién no iba a sucumbir al sueño de tener un coche como Kitt?
Los «muscle car» eran coches con potentes motores V8 y carrocería «musculosa», de ahí su nombre. No había ningún límite para sus diseñadores. Salieron a la luz muchísimos modelos que buscaban ser cada vez más rompedores. Y entre las cosas que destacaban de estos modelos estaban sus logotipos. Usaban logos muy diferentes a los que estamos acostumbrados hoy en día y que son dignos de ser recordados.
Hellcat
Y por último, pero no menos importante, encontramos al Gato del infierno. El Hellcat de Dodge, es un gato diabólico que preside las versiones más versátiles del Dodge Charger SRT y Challenger SRT. Su motor de más de 700 caballos de potencia le ha hecho digno merecedor de la fama.
