Hay sonidos de coches que delatan su personalidad sin necesidad de verlos, aunque a la DGT no le hará mucha gracia si es excesivo. Mucha gente distingue la naturaleza de un motor por sus cilindros, incluso por su disposición (boxer, en V, en línea). El escape también juega un aspecto fundamental a la hora de afinar el sonido. Hasta aquí todo perfecto, pero ¿hay barra libre en cuanto a sonoridad se refiere o nos puede multar la DGT por circular con un coche que hace demasiado ruido?
Conviene recordar que la normativa reguladora establece que los vehículos de motor, y eso implica coches y motos, deberán cumplir lo establecido en las correspondientes disposiciones sobre emisión de ruidos, de acuerdo con lo dispuesto en el Reglamento General de Vehículos.
Ojo con superar el ruido establecido
Por ese motivo se establece que los vehículos no podrán circular por las vías o terrenos objeto de la legislación sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial si emiten perturbaciones electromagnéticas, con niveles de emisión de ruido superiores a los límites establecidos por las normas específicamente reguladoras de la materia, ni cuando hayan sido objeto de una reforma de importancia no autorizada.
Además, según se indica en la legislación aplicable, los vehículos, sus equipos y sus repuestos y accesorios deben estar previamente homologados, o ser objeto de inspección técnica unitaria antes de ser admitidos a la circulación, en los términos establecidos reglamentariamente.
Por todo ello se señala que, tanto, en las vías públicas urbanas, como, en las interurbanas, se prohíbe la circulación de vehículos a motor y ciclomotores con el llamado escape libre, sin el preceptivo dispositivo silenciador de las explosiones.
Radares medusa que detectan el ruido
Precisamente para el control de las emisiones de ruidos están comenzando a instalarse, en algunas ciudades, los conocidos como radares medusa, que son aparatos, instalados en determinadas zonas de la ciudad, capaces de medir el ruido que emite un vehículo y obtener una medición de esas emisiones y la fotografía del mismo, que servirá, posteriormente, para gestionar y tramitar la correspondiente denuncia, según nos aclara Legálitas.
Además hay que tener en cuenta que todos los conductores de vehículos quedan obligados a colaborar en las pruebas de detección que permitan comprobar las posibles deficiencias respecto a los ruidos generados.
Multas de hasta 200 euros por ruido
Por tanto, es evidente que circular con un vehículo con niveles de emisión de ruido superiores a los límites establecidos por las normas que regulan específicamente la materia, o con el escape libre, sin silenciador de explosiones, o siendo ineficaz su utilización, supondrá la comisión de una infracción catalogada como grave. Y esto lleva consigo una multa de 200 euros.
Asimismo en estos casos, los agentes de la autoridad encargados de la vigilancia del tráfico, en el ejercicio de las funciones que tienen encomendadas, podrán proceder a la inmovilización del vehículo, como consecuencia de presuntas infracciones en el caso de que el vehículo supere los niveles de ruidos permitidos reglamentariamente.
No obstante, fuera de la normativa de tráfico, también hay que tener en cuenta, las ordenanzas municipales, especialmente las relacionadas con el medio ambiente o la contaminación acústica o de ruidos, así como la convivencia ciudadana.
La circulación de un vehículo superando los niveles de emisión de ruido podría incumplir algún apartado de este tipo de ordenanzas, donde la infracción sería catalogada de mayor gravedad, y cuyas sanciones podrían suponer multas económicas de mayor cuantía.
Por último, hay que tener en cuenta que algunas comunidades autónomas, entre sus competencias medio ambientales, pueden regular distintos requisitos que tienen que superar los vehículos inscritos en esa comunidad. Por ejemplo, al pasar la ITV en la Comunidad Valenciana, los vehículos expresamente deben superar las pruebas respecto a las emisiones sonoras.
