Cabe recalcar, que la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un trámite que todos los conductores deberán aprobar cuando su coche cumpla los cuatro años. Desde ese momento, hasta que alcance la década de antigüedad, será obligatoria cada 24 meses, pasando a ser imprescindible anualmente a partir de los 10 años. En el caso contrario, que no asistamos al taller, las autoridades de la DGT te castigarán con una dura multa y, en el peor de los hechos, podrías ir a la cárcel.
A continuación, te contaremos más detalles sobre esta normativa y las penas que te podrían caer por no respetarla.
Objetivo de la ITV
El fin de este control es comprobar que los coches que pasen la prueba cumplan con las normas seguridad aplicables en la vía pública. Por ello, existen tres tipos de valoraciones: la favorable, la desfavorable (hay un fallo en el vehículo, pero puedes llevar tú mismo el coche al taller) y la negativa (se da por la acumulación de fallos graves y exige que sea una grúa la que lleve el coche a reparar). No te preocupes, más abajo explicaremos las características de cada una.
