La estrategia de electrificación de Volvo da un paso más con la llegada de la version T8 a la gama del V60. Una variante híbrida enchufable que, a diferencia de la familia 90, reduce su potencia total de los 408 a los 390 caballos. Una potencia más que suficiente para que este V60 sea dinámico y prestacional sin tener nada que envidiar a las versiones más limpias. Gracias a ello dispondrá de la etiqueta 0 de la DGT, que garantiza la moviidad en todo momento.
Un argumento que se suma a las virtudes clásicas de este familiar que destaca por su versatilidad, amplitud interior y por unos acabados de auténtico lujo en un habitáculo de diseño muy racional. Un coche pensado para viajar en familia y en el que el dinamismo lo garantiza la tracción total o un esquema de suspensiones que combina comportamiento con confort, aunque es cierto que en las largas rectas de las carreteras suecas no se aprecia el trabajo como en otras zonas de curvas o carreteras de montaña.
Con cambio automático de 8 velocidades
Pese a que el escenario no es el ideal para poner a prueba su rendimiento, el V60 T8 nos ofrece una seguridad y tranquilidad en marcha sobresalientes. La tracción la garantizan unos neumáticos perfectamente adaptados a este entorno tan agresivo. Y gracias al cambio automático de 8 velocidades, de gran suavidad en su funcionamiento, no tenemos en ningún momento la sensación de estar circulando sobre un 'cristal'.
Además, la posibilidad de rodar en modo eléctrico con exquisita suavidad y en medio del silencio, es un argumento más para distinguir a este modelo. Y cuando necesitamos prestaciones, estas son instantáneas gracias a un par máximo que se ofrece a solo 2.200 vueltas y que permite ir muy muy rápido y muy muy seguro.
La dirección es suave y precisa, los frenos con la suficiente mordiente y la sensación general en el interior es la viajar a todo confort. El T8 es el primer paso en la estrategia Plug In del V60, en la que ha empezado la cas por el tejado. Porque en breve llegará una versión T6 con menos potencia -340 caballos- y la misma autonomía. Y seguro que con el mismo agrado.
