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Volvo XC90 T8 Twin Engine AWD. Prodigioso

Se dice que los grandes resultados nacen de la pasión por los pequeños detalles. Y visto lo visto, los ingenieros de Volvo no han podido poner más pasión por los pequeños detalles de su modelo más grande, el XC90 T8, un vehículo híbrido enchufable preparado para convencer incluso al comprador menos ecológico del mundo a base de combinar grandes logros en la cada vez más de moda conducción 'verde', con la emoción que genera una potencia de súperdeportivo y la tranquilidad que transmite uno de los coches más seguros del mundo.

Con buen criterio, Volvo ha elegido el camino correcto para reducir el nivel medio de emisiones de su gama. La tecnología híbrida enchufable es, actualmente, la más adecuada en la que se espera sea una larga transición hasta la llegada de una categoría de eléctricos que, a excepción del Tesla Model X, reúnan lo que todos echamos de menos ahora: baterías con mayor autonomía, tiempo de recarga más rápido y menor peso. Mientras tanto, hoy por hoy los híbridos enchufables, como este XC90 T8, son los modelos ecológicos más prácticos y también los más eficientes.

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Dos motores con grandes prestaciones

El funcionamiento del T8 es relativamente sencillo, aunque en el fondo esté respaldado por una tecnología especialmente compleja y sofisticada. Y un supuesto bastante habitual de utilización puede ser el de un usuario que se traslada cada día de su casa a la oficina situada a no más de 20 kilómetros. El T8 se carga, en función de la intensidad de la corriente en amperios del enchufe de 230 V, en un tiempo de entre 2,5 y 6 horas. Es decir, que cada noche el coche se puede dejar enchufado y al día siguiente el propietario del T8 podrá ir y volver a su trabajo en modo eléctrico, sin consumir ni una sola gota de combustible fósil y con un gasto irrisorio de 1,40 euros, que es lo que cuesta la electricidad cargada. Un tipo de utilización que le supondrá pagar alrededor de 3,50 euros cada 100 kilómetros siempre que circule en modo eléctrico. Tirando solo de baterías, el XC90 T8 puede alcanzar 50 km/h -si siguiéramos acelerando entraría en acción el motor de gasolina-, y aunque la marca habla de una autonomía de hasta 43 kilómetros con una sola carga nosotros hemos sido incapaces de hacer más de 35, y siendo especialmente cuidadosos con la presión sobre el acelerador o los cambios de ritmo. Pero es una autonomía más que interesante si tenemos en cuenta los 9,2 kWh de su batería y sus casi dos toneladas y media de peso, y será suficiente en la mayoría de los casos para los traslados diarios casa-trabajo-casa. En definitiva, la gracia de tener un híbrido enchufable está en poder disfrutar de un eléctrico sin sus inconvenientes. Porque llega una posible escapada de fin de semana o un traslado imprevisto un día de diario y en este caso tenemos 320 caballos de un motor convencional con cuatro cilindros, compresor y turbo, adicionales a los 87 del motor eléctrico, para no tener que agobiarnos pensando en la duración de la carga y en si llegamos o no al destino, como ocurre con un modelo movido exclusivamente por electricidad. En este sentido, en modo 'Hybrid' o en 'Power' el T8 aprovecha plenamente la combinación de los dos motores con prestaciones que quitan el hipo. De hecho en la aceleración de 0 a 100 km/h, que por cierto hemos clavado en nuestras pruebas en el INTA seleccionando el modo 'Power', el XC90 T8 ha resultado ser 3 décimas más rápido que el Porsche Cayenne S e-Hybrid y, además, es 31 kilos más ligero que este con dos plazas más. Pero sorprende su pequeño depósito de combustible, que permite repostar sólo 50 litros -hasta 85 en algún rival-, lo que en los viajes obliga a pasar más a menudo por la gasolinera. A años luz en cualquier caso de la autonomía de un eléctrico actual, salvo la del comentado modelo de Tesla .

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¿Pero qué pasa cuando la batería se agota o está bajo mínimos y el T8 funciona sobre todo con el motor de gasolina? Pues nada, no pasa nada, ya que a pesar del peso y la potencia el XC90 T8 consume a 120 km/h unos 10 litros cada 100 kilómetros, y no llega a 8 litros yendo a 90 km/h, cifras nada desorbitadas e incluso por debajo de lo habitual en ese segmento en gasolina. Y parte de esa eficiencia también es responsabilidad del motor de arranque, que con 34 kW tiene tres funciones: arrancar el motor de combustión en la transición de modo eléctrico al modo combinado, ejercer de generador para cargar la batería en marcha y también apoyar al conjunto mecánico cuando se necesita un plus de fuerza, en este caso con un par extra de 15,3 mkg.

Modos de conducción

Hemos hablado de los supuestos de utilización más básicos; sin embargo, el T8 ofrece alguna alternativa más que el conductor puede seleccionar desde la pantalla central táctil de gran tamaño. Por ejemplo el modo 'AWD', que activamos cuando se reduce la adherencia del asfalto y combina de forma permanente los dos motores y, por consiguiente, hace traccionar los dos ejes. O el modo 'Off Road', que adapta las características del T8 a una utilización todoterreno. O el interesantísimo modo 'Save', que reserva la carga de la batería -e incluso la recarga si no está al cien por cien- para cuando el coche llegue a la ciudad, entorno donde más partido se le saca a un uso eléctrico. Un último modo de conducción denominado 'Individual' permite una combinación más personalizada.

En todo momento, y en cualquier modo de uso, el Volvo XC90 T8 muestra un funcionamiento refinado, silencioso y eficaz. Y todo es mucho más fácil de lo que a priori puede parecer tratándose de una tecnología tan avanzada.

El cambio automático de 8 marchas no tiene posición secuencial ni levas, sino que desde la posición D hacia atrás se activa el modo B del cambio para reducir marchas con el objetivo de retener y recargar la batería a base de freno motor y regeneración.

El XC90 T8 solo está disponible con siete plazas, pero como las baterías van situadas a lo largo del túnel central el espacio para los ocupantes de la tercera fila se mantiene. Eso sí, el maletero pierde 52 litros y no es posible ubicar debajo una rueda de repuesto, ni siquiera de emergencia.

En lo que se refiere al comportamiento, el T8 acusa el mayor peso -154 kilos más que la versión T6- y las inercias son las que marcan los límites de un chasis que, equipado con la suspensión neumática regulable -2.299 euros-, resulta cómodo y mucho más eficaz de lo esperado el 90 por ciento de las ocasiones.

Y los 9.000 euros más que cuesta un T8 respecto a un T6 están justificados no solo por el mayor despliegue de tecnología y la posibilidad de gastar una ridiculez en ciudad, sino también por el mayor equipamiento -valorado aproximadamente en 5.000 euros- y la exclusividad de tener tres coches en uno: un deportivo con más de 400 caballos de potencia, un todocamino de lujo dotado de tracción total y un vehículo eléctrico para consumir y contaminar mucho menos.

La clave

Sí, se puede tener todo en un solo coche. Lujo, potencia, espacio, seguridad, consumos sorprendentes, un modo eléctrico utilizable a diario, siete plazas, tracción total, modales deportivos o tacto de terciopelo... Así es el XC90 T8, y tener lo mejor de Volvo cuesta 85.000 euros, lo que un apartamento mono en primera línea de playa. Si el XC90 D5 de 225 caballos me gustó mucho, podríamos decir que el T8 me ha convencido del todo. Es un prodigio de coche.