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Conducimos los Volvo S90 y V90. Muy tentadores

Volvo ha vuelto a poner su toque personal en la creación de su berlina de gama alta. El S90 y V90 son capaces de atraer desde un estilo propio, alejado de los denominadores comunes de las marcas premium alemanas, y de rivales como Audi A6,BMW Serie 5 y Mercedes-Benz Clase E. Lo hemos podido comprobar durante la primera toma de contacto que la marca sueca ha organizado para un reducido grupo de periodistas en tierras de Andalucía.

Iniciamos nuestra toma de contacto con el S90 D5 Inscription, con 235 CV, cuatro ruedas motrices y asientos con masaje entre una larga lisa de lujos para hacer la diferencia. El motor diésel 2.0 de cuatro cilindros se oye bastante desde fuera del coche, pero dentro se ha logrado una excelente insonorización. Pese a su escasa cilindrada responde de forma poderosa e inmediata, gracias al sistema Power Pulse que mediante un soplo de aire comprimido, revoluciona el turbo sin tiempo muerto de respuesta desde que se pisa el acelerador. Esto lo corrobora el dato de aceleración de 0 a 100 km/h, que se fija en unos solventes 7,0 segundos.

Sorprendente conducción semiautónoma

Después probamos el innovador sistema Pilot Assist de conducción semi-autónoma que trabaja combinando el control de crucero adaptativo y el sistema de mantenimiento de carril. Lo activamos desde el teclado izquierdo del volante, desde el que también aumentamos o reducimos a nuestro gusto la distancia con el coche precedente. Desde el primer momento da confianza y nos dejamos llevar. El coche acelera o frena automáticamente, y lo hace con seguridad tanto en autopista como en carretera secundaria. Funciona por debajo de 130 km/h y se anula en cuanto activamos el intermitente? o retiramos un tiempo las manos del volante.

Motor16

Dinámicamente, lo que más nos ha llamado la atención tanto en el S90 como en el V90 es el excelente confort de suspensión, a pesar de las llantas de 20 pulgadas que equipan. El comportamiento se puede personalizar eligiendo el modo Dynamic, que endurece la dirección y la suspensión; una configuración que se adapta perfectamente al carácter del gasolina T6 con tracción a las cuatro ruedas.

Interior acogedor y muy amplio

Del interior podemos decir que se ha creado un ambiente acogedor y de estilo moderno; que ofrece unas plazas traseras tremendas salvo la del pasajero central, que es muy dura y tiene frente a sí un voluminoso túnel de transmisión. El puesto de conducción es magnífico, aunque los retrovisores son muy grandes y restan visión en algunas circunstancias. Y la capacidad del maletero es excelente.

La vuelta de Volvo a este segmento tendrá más capítulos a partir de enero del 2017, con una versión de entrada que utilizará el motor D3 de 150 caballos y un tope de gama con la version T8 híbrida enchufable de 407 caballos que ya hemos podido probar en el XC90.