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Conducimos el DS 3 Performance. Exclusivo y eficaz

Cuando probamos un deportivo echamos de menos una carretera de montaña repleta de curvas, pero cerrada al tráfico para nosotros. Es la mejor forma de llevar al límite con seguridad un coche en terreno real. Pero probando el nuevo DS 3 Performance, un GTi de 208 CV que corre y se agarra de locura, no hemos echado nada de menos ya que la marca francesa nos ha cerrado un tramo de la localidad de Peguerinos, en la Sierra de Guadarrama, para probar la versión más deportiva de la gama DS. Y por si eso fuera poco, hemos tenido de 'liebre', marcando el trazado, a José Pedro Fontes, campeón de Portugal de Rallies en 2015 con un DS 3 R5, y a Inés Ponte, su copiloto en el Citroën Vodafone Team del Campeonato Nacional de Rallies de Portugal 2016.

Se trataba de un tramo muy rápido en el que la marcha más utilizada era la tercera, una relación que en el DS 3 Performance tiene una versatilidad bestial al admitir velocidades de entre 50 y 130 km/h. Se agradecía rodar en esas condiciones con un piloto así marcando el camino -nada despacio, afortunadamente- y acompañado en el asiento derecho por su copiloto Inés.

Perfecto por eficacia y confort

Y tras realizar cuatro pasadas al tramo cerrado, nos fuimos a rodar por carretera abierta para comprobar otros aspectos del coche imposibles de detectar a esa velocidad y con cierto grado de tensión. El DS 3 Performance nos sorprendió ya en el tramo cerrado por varios aspectos. En primer lugar, nos gustó mucho la precisión de la trazada gracias a una dirección eléctrica muy trabajada por el equipo de DS Performance y a unos neumáticos Michelin Pilot de perfil bajo que agarraban como el Loctite. También nos gustó el propulsor, que sube por encima de las 6.000 vueltas en un suspiro. La relación de cambio es más cerrada y el salto entre segunda y tercera se ha acortado, por lo que apenas cae de vueltas el motor. Este es un 1.6 THP de 208 caballos visto ya en modelos como el 208 GTI, y un prodigio de eficiencia y prestaciones con distribución variable, inyección directa y turbo constante entre 3.800 y 6.800 vueltas.

Con este propulsor, que por cierto suena a gloria, el DS 3 Performance acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos, pero ha homologado un consumo medio de sólo 5,4 l/100 km. Y es que la gama de desarrollos del cambio se ha elegido muy bien, y se lleva de cine con un motor que, por ejemplo, admite ir en sexta a 1.000 rpm, a solo 50 km/h, sin protestar.

En cuanto al comportamiento dinámico, el DS 3 Performance ha recibido, respecto a la anterior versión Racing, importantes reglajes en muelles y amortiguadores, estos últimos con triple válvula y un excelente compromiso entre eficacia y confort. Además, la barra estabilizadora delantera es más gruesa -32 mm-, las caídas del tren delantero son más abiertas, las vías son más anchas -36 mm más delante y 14 detrás- y se ha rebajado la altura 15 milímetros. Pero quizás uno de los mejores trabajos en este DS 3, y que comprobamos ya en carretera abierta, es todo lo referente al diferencial Torsen, de serie y en combinación con el control de estabilidad ESP. El diferencial, cien por cien mecánico, trabaja con una eficacia de libro y una progresividad que procura unas trazadas limpias, sin pérdidas de tracción y sin que la dirección 'tire' más de lo normal.

El ESP, siempre pendiente

Además, el ESP apenas tiene trabajo, aunque en subida tracemos una curva cerrada en segunda pisando a tope el acelerador. Actuar debería actuar en algún momento crítico con el coche en clara pérdida de trayectoria; sin embargo, en un modelo tan deportivo se valora mucho que este sistema de seguridad esté latente pero deje hacer. Asimismo, los frenos tienen una mordiente bestial y un tacto que transmite seguridad. Están firmados por Brembo, con pinzas flotantes y cuatro pistones.

El DS 3 Performance se caracteriza por un equipamiento completo y exclusivo, y arranca en 26.690 euros, aunque hay versiones aún más exclusivas, e igual de eficaces, como la serie Black Special.