La imagen de un coche aparcado, lleno de polvo y abandonado a su suerte en una calle cualquiera es bastante habitual en nuestro país. Tanto, que la DGT calcula que cada año los propietarios se ‘olvidan’ intencionadamente de unos 50.000 vehículos en la vía pública y de otros 6.000 en talleres, depósitos o aparcamientos.
Además, estiman que actualmente hay otros 20.000 coches abandonados por sus dueños en recintos como urbanizaciones privadas, garajes, comunidades de propietarios, aparcamientos de hoteles, centros comerciales, aeropuertos y hospitales, etc.
Son los llamados coches ‘okupas’, que permanecen inmovilizados sin que nadie se ocupe de ellos, porque han sufrido una avería que les impide circular o por dejadez de sus dueños, y a los que la DGT quiere poner coto para que los propietarios de esos recintos no soporten las cargas que supone el aparcamiento indebido de los mismos por un largo periodo de tiempo.
1Trámites más ágiles
Conseguir retirar los vehículos okupa, por ejemplo, del aparcamiento de una urbanización privada, era hasta ahora una tarea lenta y complicada y los perjudicados, en este caso los propietarios de las viviendas, tenían que acudir a la vía judicial para hacer frente al problema.
Pero la DGT publicó el pasado mes una Instrucción que reinterpreta el artículo 106 de la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial y que establece un procedimiento administrativo más ágil para que estos vehículos abandonados en recintos privados puedan llevarse a un centro autorizado de tratamiento, CAT, para su desguace y descontaminación.
Abandonar un coche en la vía pública se considera una falta grave y puede conllevar una multa de entre 751 y 1.500 euros a las que habría que añadir los gastos que se originen como consecuencia de la retirada del vehículo, como la grúa o la estancia en el depósito municipal.
