Fernando Alonso volvió a la Fórmula 1 en Malasia, en la que fue su primera carrera en el retorno con McLaren. Las expectativas eran extraordinarias ante su primera rueda de prensa y no defraudó. «Ni un huracán movería el coche a esa velocidad. Incluso un problema médico está descartado, porque si no me hubiera ido para la izquierda», pudo ser el resumen de su línea de argumentación para rebatir las explicaciones de McLaren al accidente de Montmeló.
En la pista, no fue posible para McLaren dar el salto al Q2, pero el monoplaza británico ganó algo más de un segundo frente a los cronos de Albert Park el sábado. Y en la carrera, sus pilotos quedaron sorprendidos por la evolución del MP4-30. «El ritmo de carrera no era malo, no íbamos tan mal. Teníamos un Toro Rosso y un Red Bull justo por delante y era un poco sorprendente rodar con los demás coches». También Button mandaba un divertido mensaje por radio a su equipo «Estoy sorprendido, parece que estamos alcanzando coches».
Entrenar para China
«Poder rodar con el grupo de coches era impensable hace unos días, así que estoy bastante contento con las sensaciones del fin de semana», resumía el piloto español, quien también acusó el cansancio tras este agitado mes en el que hubo de pasar mucho tiempo en el dique seco. «Hacía mucho calor. Dí 20 vueltas, no hubiera sido un problema acabar la carrera, pero sí que necesito entrenar los próximos diez días para llega a China a tope y a ver si podemos acumular más vueltas y seguir aprendiendo».
De mantenerse el ritmo de evolución logrado entre Australia y Malasia, quizás el equipo británico pueda empezar a aspirar al Q3 al llegar a Europa. «Dentro de poco, ya no hablaré con vosotros desde el Q1», declaraba un optimista Alonso.
Pero Honda todavía tiene sus límites, como se puso de manifiesto en Sepang, a pesar de poder mejorar su margen de operatividad. «Los dos abandonos fueron resultado de un uso más intenso de la unidad de potencia en condiciones más competitivas, no el resultado de las altas temperaturas del circuito», explicaba Yahuisa Arai, máximo responsable del fabricante nipón. Poco a poco.
