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Audi Q5. Distinguido y sensato

Cuatro versiones forman la gama inicial del nuevo Q5: en gasolina, el 2.0 TFSI de 252 CV que ya pudimos probar hace meses en México -este nueva entrega del SUV alemán se fabrica allí-; y en diésel, tres variantes del 2.0 TDI, una con 150 CV -40.550 euros-, otra con 163 CV y, finalmente, la tercera, de 190 CV. Y en todos los casos con cambio automático S tronic de siete marchas y la moderna tracción Quattro-ultra -funciona de manera predictiva y ahorra combustible-, salvo en el caso del citado Q5 2.0 TDI 150, con tracción delantera y caja manual.

En esta nueva toma de contacto, ya en España, nos hemos centrado en el TDI más potente disponible por ahora -en julio llegará el 3.0 TDI de 286 CV, dotado de tracción Quattro 'normal'-, cuyos 190 CV mueven bien un conjunto que, pese a los 90 kilos de rebaja por el uso de aluminio y aceros especiales, sigue arrojando 1.845 kilos en orden de marcha; que no es poco. Por eso no hay que esperar prestaciones deportivas, aunque vemos a este Q5 -49.500 euros, frente a los 46.800 del 2.0 TDI 163-como el más razonable de la familia. Y agradable, pues el motor es progresivo y silencioso, y casa bien con una caja automática de doble embrague rápida y sedosa.

El interior presume de más amplitud -estamos pensando en cuatro adultos y un chaval, pues la plaza central trasera es peor-, y también destaca el maletero, que aumenta a 550 litros y gana funcionalidad, especialmente si pedimos la segunda fila corredera.

Diseño interior acertado, buena visibilidad, asientos cómodos, acabado perfecto… Puestos a pedir, habría estado bien usar plásticos más mullidos y no tan 'huecos' en la zona superior de las puertas.

Y el progreso en cuanto a comportamiento es brillante, sobre todo si el Q5 monta suspensión neumática, con ventajas en conducción deportiva, en materia de confort y en uso «off road», donde la cota al suelo alcanza los 22 centímetros.