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Toyota Yaris Hybrid 2020. Primera prueba

Nuevo de arriba abajo. La cuarta generación del Yaris dará que hablar porque protagoniza un salto de gigante en todos los frentes. Sabíamos de sus avances tecnológicos, pero ahora hemos tenido ocasión de conducirlo por primera vez, aunque no llegará al mercado hasta finales de junio.

Más allá de su vistoso diseño, heredado del Yaris WRC, estrena una avanzada plataforma GA-B que dota de mayor rigidez al conjunto, optimiza el centro de gravedad y modifica la suspensión. También repercute en sus dimensiones, aumentando en 5 centímetros la anchura (1.745 mm) y rebajando en 4 la altura (1.470 mm). La longitud se recorta apenas 5 milímetros (3.940 mm), mientras que se incrementa 5 centímetros la distancia entre ejes. Por eso en las butacas delanteras vamos ahora más separados y sentados 21 milímetros más cerca del suelo. Se conservan los 284 litros del maletero, con un piso que se puede situar a dos niveles

Nuevo sistema híbrido

El segundo punto a destacar es su sistema híbrido. También es nuevo totalmente y será la única opción que se comercialice en el mercado español. El motor térmico de gasolina proviene de 2.0 del Corolla. Se le quita un cilindro y listo, pero se le mete mano para que registre una eficiencia térmica del 40 por ciento. Rinde 88 CV de potencia y ofrece 12,2 mkg de par máximo.

El aporte eléctrico está formado por dos propulsores que suman 79 CV. El principal apoya al de gasolina en aspectos como el rendimiento o el consumo, mientras que el más modesto tiene como principal función arrancar el bloque 1.5 Dynamic Force. La potencia total del sistema es de 116 CV, gestionados por el característico cambio automático con variador continuo. No hay modo secuencial y sí una función 'B' con mayor capacidad para regenerar energía al decelerar.

Batería de iones de litio

Otra novedad de peso es la batería, ahora de iones de litio, más eficiente y 12 kilos más ligera que la de hidruro a la que jubila. No hay datos homologados de su capacidad, presenta 48 celdas y se ubica debajo del asiento trasero. Se refrigera con el mismo aire que encontramos en el habitáculo, la misma solución empleada en otros modelos híbridos de la marca. Tampoco hay datos referentes al consumo, aunque sabemos que las emisiones de CO2 se limitan a 64 g/km en ciclo NEDC.

En nuestra toma de contacto, con una unidad todavía con una parte camuflada, nos sorprendió la elevada rumorosidad al ralentí del motor y, posteriormente, su agrado de conducción. Su mayor pisada, una puesta a punto heredada en parte del Yaris WRC del Mundial del Rallys, y con un tacto general de coche más grande debido a su mayor pisada, además de su mayor rendimiento, nos permiten disfrutar ahora del este modelo también cuando nos alejamos de la ciudad.

Su autonomía eléctrica sigue siendo anecdótica (complicado será cubrir un par de kilómetros), aunque en la marca aseguran que podemos circular hasta un 80 por ciento del tiempo en cero emisiones. También aseguran que puede mantener un cierto tiempo una velocidad de 130 km/h en modo exclusivamente eléctrico, aunque para llegar ahí necesita del aporte térmico.No se ha desvelado la velocidad máxima, pero es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos.

Modos Sport, Normal, ECO y EV

En cualquier caso, en nuestro recorrido consumió 4,2 litros, una cifra muy atractiva porque no fue precisamente una conducción supereficiente la que realizamos a lo largo de más de 100 kilómetros. Es más, la mayor parte del trayecto la realizamos en modo Sport, aunque también dispone de los programas ECO y Normal en el asistente de conducción Drive Mode, más una función EV para un uso eléctrico si la capacidad de la batería lo permite

Otro bastión mejorado ha sido el tecnológico en materia de seguridad. A detalles como un airbag central entre las butacas delanteras o un Head-up Display de proyección -de los buenos-, añade un control de velocidad adaptativo inteligente que reconoce los límites de velocidad, respetándolos de inmediato si llevamos el sistema activo.También presume de un asistente de mantenimiento de trayectoria, una frenada autónoma con detección de peatones o ciclistas incluso en giros o un asistente de dirección de emergencia.