La sobrepresión de las ruedas es, sin duda, un clásico. Se trata de uno de los factores claves para la eficiencia energética del vehículo. Es más que recomendable verificar la presión de las ruedas una vez al mes. De hecho, por ejemplo, una presión menor de la recomendada aumenta el consumo de combustible, lo cual hay que mirar con lupa en la actualidad… pero además implica un mayor desgaste de los neumáticos, junto con una pérdida de seguridad.
Lo que está claro es que desde el punto de vista de ahorro de combustible y de la duración y seguridad de los neumáticos, mantener una correcta presión de inflado de las gomas es vital… y para ello deberás seguir al dedillo los consejos que podrás leer en las próximas líneas.
Ahorra combustible, reduce desgastes… y gana seguridad
La presión de inflado de los neumáticos desnuda las virtudes y defectos de la eficiencia energética de los vehículos. Hay que tener en cuenta que un neumático con baja presión incrementa la resistencia al rodar y, por lo tanto, el consumo de combustible, pero también implica un mayor desgaste de los neumáticos, además de una pérdida incuestionable en materia de seguridad.
Para que te hagas una idea rápida, la media de vehículos en la Unión Europea circulan con una presión de inflado de entre 0,2 y 0,4 bares menor que la que se recomienda por el fabricante. Bien, pues esto supone un aumento del consumo de carburante de hasta un 3%, pero también, por supuesto, una pérdida de seguridad al incrementarse la inestabilidad y los riesgos de reventón en condiciones atmosféricas adversas. Poca broma con ello.
