En el fascinante universo automovilístico, un término ha ganado relevancia en los últimos tiempos: el «sleeper». Este concepto, que se traduce literalmente como «durmiente», evoca la imagen de un lobo con piel de cordero. Si no eres un ferviente seguidor del mundo del motor, es posible que este término te resulte desconocido.
Sin embargo, la creciente popularidad de estos vehículos no pasa desapercibida. Aquí desentrañamos el misterio que rodea a los coches sleeper.
2Guía rápida sobre estos coches
Existen dos tipos principales de coches sleeper: aquellos que presentan estas características de fábrica y aquellos que han sido modificados posteriormente para aumentar su potencia sin alterar su apariencia original. En ambos casos, la clave radica en pasar desapercibidos para aquellos que no están familiarizados con las sutilezas del mundo automotriz.
En muchos casos, la elección de un vehículo anodino tiene como objetivo evitar posibles robos. En otros, se busca mantener el encanto de los modelos más antiguos mientras se actualiza el interior para mejorar sus prestaciones. Por lo general, los coches sleeper suelen ser berlinas o familiares, y su aspecto exterior se mantiene bastante común, lo que contribuye a la sorpresa que generan al desplegar su potencia en la carretera.
