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Justicia para la Guardia Civil pide inmovilizar de inmediato las motos eléctricas del Seprona

La asociación profesional Justicia para la Guardia Civil, JUCIL, va a pedir en el primer Consejo de la Guardia Civil que presidirá Mercedes González, el dejar de utilizar por parte de de los cuerpos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), las motocicletas eléctricas que fueron adjudicadas para tal fin. Y es que parece ser que un estudio realizado dictamina defectos que podrían tener graves consecuencias para los agentes que se vean obligados a utilizarlas.

La asociación profesional que defiende la vida laboral y social de los guardias civiles señala en el estudio que, más allá de la escasa autonomía de estos vehículos, hay características que los hacen peligrosos para el uso en el campo, como la falta de neumáticos todoterreno, su transmisión por cadena o que se les haya eliminado parte del guardabarros delantero.

El informe que será presentado por Vilariño ante el Consejo de la Guardia Civil pide la inmovilización inmediata de estas motos eléctricas. Y es que para comenzar, los agentes del Seprona no han recibido una formación específica para el uso de este tipo de vehículos, los cuales además carecen de neumáticos específicos para su uso fuera del asfalto. “Los neumáticos que portan de serie, son de un perfil más indicado para asfalto o pistas, siendo muy peligroso su manejo fuera de esa superficie” señala el texto del informe.

La Guardia Civil recibió 157 de estas motos eléctricas

2023 Motos eléctricas Seprona Guardia Civil. Imagen.

Las motos eléctricas que fueron adjudicadas al Seprona también presentan unas defensas laterales que hacen complejo su uso en montes y lugares de difícil acceso. “Imposibilitan la conducción todo terreno, por entorpecer sacar la pierna buscando posibles apoyos, llegando a provocar golpes en las piernas del motorista” precisa el informe y añade que “sobresalen por los laterales de la moto, de forma que puede ocasionar que en la conducción por zonas forestales golpee con rocas, troncos, ramas o cualquier otro elemento del medio natural, pudiendo ocasionar un accidente o impida el paso del vehículo” especifica el texto que se entregará al Consejo donde se pide la inmovilización.

La asociación profesional Justicia para la Guardia Civil añade además en dicho informe que estas motos eléctricas utilizan una transmisión por correa, detalle que dificulta su conducción fuera del asfalto puesto “que cualquier elemento entre en la corona y desmonte la correa de su sitio, o que se rompa, lo que provocaría una avería y, en el peor de los casos, un accidente del motorista” apunta la redacción del informe que aún revisa un problema que califica como “lo más grave”.

El guardabarros delantero utilizado por estas motos eléctricas que han sido entregadas al Seprona, ha sido recortado en su parte posterior, de manera que este elemento no cumple con su función, “que es evitar que la arena, grava, piedras, barro y otros elementos del camino salgan lanzados por el aire”. La energía cinética hace que estas piezas sean expulsadas a gran velocidad, pudiendo ocasionar daños a la moto, a su ocupante, al resto de vehículos o incluso a peatones y usuarios. “La motocicleta viene de origen con el guardabarros como indica la normativa, pero este ha sido recortado para evitar que tocase con dispositivo acústico (sirena), instalado en el chasis justo detrás del eje delantero. Al girar el manillar el guardabarros tocaba con el aparato emisor de señales acústicas, razón por la que han procedido a recortar esa parte importante del guardabarros” matiza JUCIL que argumenta en su informe que el Reglamento General de Vehículos apunta “La carrocería del vehículo estará diseñada de forma que se eviten en lo posible las salpicaduras de las ruedas o, en caso contrario, los vehículos deberán estar equipados con protecciones adecuadas a tal efecto”, por lo que carecer de este elemento podría llegar a considerarse un defecto grave.