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Conducimos el Peugeot 3008 2017. Otro mundo

Cuando en el mes de mayo Peugeot nos mostró por primera vez la nueva generación del 3008, pensamos que algo había cambiado. Mucho más, cuando nos dijeron que la apuesta de la marca francesa por los SUV continuaría tras la renovación del 2008, con el nuevo 3008 y con el futuro 5008. Entonces aún no habíamos visto el 5008 y del 3008 solo teníamos el aspecto. Pero nos sonaba a gran apuesta de la firma francesa por renovar su gama añadiendo a sus modelos el aire SUV; ese que conquista al 25 por ciento de los compradores.

Y es que Peugeot, pese a no contar -salvo el 2008- con modelos de marcada estética todocamino, es en España la segunda marca que más SUV vende. Y si eso lo hace sin modelos 'claramente SUV' ¿qué será capaz de hacer cuando los tenga? Esa era la pregunta que nos hacíamos entonces y para la que ahora empezamos a tener respuesta.

En el grupo de cabeza

Porque tras probar el nuevo Peugeot 3008 creemos que están en el camino correcto, y que este modelo puede ser uno de los 'gallos' en ese segmento en el que el Nissan Qashqai sigue reinando aunque acosado, sobre todo a nivel europeo por modelos como el Renault Kadjar, el Volkswagen Tiguan, el Hyundai Tucson, el Mazda CX-5 o el Kia Sportage… Y también por nuevos modelos recién llegados como el Seat Ateca. Pues bien, en esa ecuación que se les plantea a los compradores de un SUV ahora ya entra el 3008 (con el actual modelo a nadie se le ocurriría compararlo con alguno de estos y, sin embargo, sus cifras de ventas son todo un éxito). Y el modelo francés tiene mucho que decir.

Para empezar, no pierde prácticamente ninguna de las características que adornaban al actual. Solo 10 centímetros más largo que este, el nuevo 3008 ofrece un interior muy amplio, un maletero de 520 litros y unas plazas traseras que, en altura, son sorprendentes, y en anchura y espacio para las piernas están muy bien. Además, cuenta con un diseño de los más espectaculares que se pueden encontrar, sin necesidad de ofrecer exceso de instrumentación. La gran pantalla central se maneja de forma táctil en la propia pantalla o mediante unas teclas situadas debajo para elegir cada una de las funciones.

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La instrumentación se completa con el nuevo i-Cockpit, que mejora aún más la ergonomía y la visualización de la información por encima de un volante, que sigue siendo de pequeño tamaño y ahora, además está achatado por arriba. A mí, particularmente me gusta ese volante y me parece muy manejable. Además, la pantalla de la instrumentación, digital, es absolutamente configurable, pudiendo mostrar y priorizar la información que el conductor desee. Asi, se puede ver la navegación, los datos de la ruta, dejar solo la información de la velocidad o, en el modo 'Personal', elegir para cada zona la información que se quiera -navegación a un lado y datos de consumo en el otro-. Con todo ello, manejado con absoluta sencillez desde una ruedecita en la parte izquierda del volante, el conductor hace su menú a medida.

«Un SUV que se conduce como una berlina»

El nuevo 3008 ha sido pensado para dar respuesta a esa estética SUV, pero también quiere multiplicar la experiencia de conducción, tanto al volante para el conductor, como en el placer del viaje que sienten los pasajeros. Realizado sobre la nueva plataforma EMP2, el nuevo modelo francés reduce nada menos que 100 kilos su peso respecto al modelo actual. Eso significa ligereza, lo que se traduce en un mejor comportamiento. Y en ese comportamiento las suspensiones -suaves pero firmes- cumplen un papel fundamental.

«El objetivo que pusimos a los ingenieros era hacer un SUV que en su conducción, si cerraras los ojos, pensaras que estabas conduciendo una berlina». Eso nos decía Laurent Blanchet, director de producto de Peugeot. Y la verdad es que el resultado apunta en esa dirección.

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BlueHDI de 180 caballos, el tope de la gama

Tuvimos oportunidad de conducir durante más de 200 kilómetros en carreteras de la Toscana en Italia, el 3008 con el motor 2.0 BlueHDI de 180 caballos, con cambio automático EAT6, con levas en el volante, y el acabado GT, el más elevado. El resultado de ese recorrido que combinaba autovías, carreteras de doble sentido, rutas de montaña -con divertidas paellas- e incluso una zona de pista 'off road' es más que notable.

El coche es sanísimo y muy divertido de conducir. Es capaz de enlazar curvas a alta velocidad sin excesivo balanceo y sin perder tracción. Es cómodo pero firme de suspensiones; e incluso viajando atrás los pasajeros ni sentirán excesivos bamboleos ni se sentìrán maltratados si la carretera no está bien asfaltada.

El motor es noble y empuja con solvencia. El cambio es bastante rápido de por si -aunque con la tecla Sport estira un poco más las marchas y hace el comportamiento más vivo-. Y ayudado por las levas que nuestra unidad llevaba, se puede conseguir un comportamiento muy dinámico y casi deportivo. La direccion es muy directa y ofrece mucha información al conductor y los frenos actúan correctamente aunque tal vez la primera sensación pueda ser de falta de mordiente.

Un futuro híbrido enchufable

Con dos ruedas motrices, pero una buena distancia al suelo no echamos de menos nada incluso en la zona de pistas. Pero por si acaso, la marca ya ha anunciado que tendrá lista en 2019 una versión de cuatro ruedas motrices, con tecnología híbrida enchufable y alrededor de 300 caballos de potencia. Para entonces, posiblemente, el Peugeot 3008 puede que ya sea uno de los líderes del segmento y que esa versión simplemente sea la guinda de un pastel ya muy apetitoso hoy en día.

El nuevo Peugeot 3008 ya está a la venta y las primeras entregas se están empezando a producir. Cuenta con dos alternativas en gasolina, el tricilíndrico 1.2 PureTech con 130 caballos y el 1.6 THP con 165. En diésel, 4 alternativas, el 1.6 BlueHDI con 100 (no llegará a España, aunque en la lista de precios sí está incluido) y 120 caballos y el 2.0 BlueHDI con 150 y 180 caballos. Los precios, sin descuento, parten de 25.650 euros, mientras que el tope de gama se sitúa en 37.819.