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Conducimos el Audi R8 V10 RWS. Para puristas

Siempre hemos defendido la tecnología de la tracción total para deportivos de altas prestaciones. Sobre todo por tres razones importantes: la eficaz transmisión de la potencia al suelo, la seguridad que te da este sistema en asfalto con poca adherencia y, por razones obvias, las mejoras en aceleración. Sin embargo no vamos a negar ahora que tener un Audi R8 con tracción trasera tiene su aquél, sobre todo para aquellos puristas que de vez en cuando, quieren, pueden y saben hacerse un tramo, o un circuito, o un puerto de montaña, sintiendo la sensación que se obtiene cuando el culo intenta adelantarte a la salida de cada curva. Audi ha pensado que hay en el mundo 999 compradores con este sueño y ha decidido darles el capricho.

Para ello ha creado el R8 V10 RWS (de Rear Wheel Series), un superdeportivo que adopta en un modelo de calle el concepto de conducción del R8 LMS GT4 de competición, que por normativa no puede llevar tracción total. En concreto, el RWS comparte un 60 por ciento de los componentes con el GT4, una fiera de circuito desarrollada para pilotos y equipos privados de competición.

Y hay tres cosas por las que puede estar justificado tener un R8 V10 RWS en el garaje: pesa 50 kilogramos menos que el R8 V10 equivalente de tracción total; si no quieres que sobrevire, no sobrevira; y cuesta 31.000 euros más barato que el R8 V10 quattro. Lo de la dieta y respecto a la versión quattro, se consigue eliminando el árbol de transmisión, el embrague multidisco y el diferencial en el eje delantero. Lo de elegir las reacciones, tiene que ver con el derrapaje controlado que propone Audi: seleccionando el modo «dynamic» en el Audi drive select y activando el modo ESC sport. Entonces el coche sobrevira si se acelera fuerte a la salida de las curvas aunque cuando se alcanza cierto límite peligroso, el control de estabilidad ESC actúa cortando de raíz cualquier despropósito. Si no se sigue ese protocolo, el coche va a ir siempre por su sitio. Y respecto al precio, no creemos que alguien deje de comprarse un R8 V10 quattro por ahorrarse 31.000 euros, pero sí que habrá quien prefiera gastar menos en su R8 e invertir ese dinero en gasolina y disfrutar de unas reacciones que desde luego no vamos a encontrar en el R8 de tracción total.

Para ir de lado

Lo comprobamos personalmente en una pista de eslalon con todas las ayudas desconectadas. Y las reacciones del R8 V10 con 540 caballos son salvajes, con cruzadas imponentes que tardamos un poco en digerir. Tardamos, porque la adecuada presión sobre el acelerador y la rapidez con el contravolante son claves a la hora de driftear adecuadamente y eso requiere práctica. De las diez vueltas al eslalon previsto tres las hacemos malamente, sin cruzadas mantenidas o un control decidido sobre las reacciones del tren trasero en un asfalto poco abrasivo y bastante deslizante, es decir que hacemos tres trompos seguidos como tres soles. Pero en las otras siete, disfrutamos como locos circulando de lado más que en línea recta con un deportivo difícil de cruzar hasta ahora. En este sentido, hay que destacar que el cárter seco del R8 V10 RWS, ubicado en una posición que asegura un centro de gravedad bajo, utiliza una bomba que trabaja con múltiples etapas de cara a asegurar la lubricación en todas las condiciones, incluso con una aceleración lateral en el rango de 1,5 g que puede alcanzar esta versión.

Pero también queremos comprobar si en carretera abierta el R8 V10 RWS es tan nervioso y exigente como parece. Comenzamos con todos los controles activos y el R8 de tracción trasera es toda una madre. Con su genio, sus enfados y su respuesta contundente cuando la provocas, pero a fin de cuentas un deportivo que no cuesta llevar por su sitio y que sorprende con un tren delantero menos pesado y más obediente. La dirección asistida electromecánica ayuda mucho, pero también el diferencial trasero con autoblocante mecánico, que mejora la tracción y la dinámica mediante un efecto autoblocante del 25 por ciento en tracción y del 45 por ciento en retención.

Al activar el protocolo recomendado por Audi para sentir más de lleno la tracción trasera el coche se vuelve más divertido pero también exige mayor atención y manos, sobre todo porque a veces, la mayoría, las cunetas no están preparadas para recibirte con los brazos abiertos. Y necesita espacio, ya que el Audi R8 V10 RWS va equipado de serie con unas llantas de aluminio forjado de 19 pulgadas y los neumáticos son de medida 245/35 delante y 295/35 en el eje trasero. El nuevo R8 con tracción a un solo eje acelera de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, dos décimas más que su hermano de tracción total; sin embargo su menor peso le permite gastar 12,4 l/100 km de consumo medio ponderado, dos décimas menos que el quattro. Y ambos alcanzan una velocidad máxima de 320 km/h.

El Audi R8 V10 RWS, que llevará en el salpicadero una inscripción que en todos los casos pondrá «1 of 999» (según responsables de Audi nadie querría tener la unidad 487 o la 834, por ejemplo) se venderá casi en un 50 por ciento en Alemania, y el resto con un mix entre EEUU, Canadá, Hong Kong y resto de Europa.