comscore

Chevrolet Corvette IMSA 1977. Este 'Supervette' podría ser tuyo

En varias ocasiones ya habíamos hablado del bueno de Bruce Canepa, un piloto de carreras que tras retirarse de la competición montó su propio taller de restauración. No en vano se trata de un experto capaz de dejar como el primer día los impresionantes Porsche 959. Pero no sólo se dedica a dejar inmaculados cualquier deportivo de Zuffenhausen, pues en su cartera de proyectos también hay que enmarca este impresionante Chevrolet Corvette IMSA, un bólido que esconde una interesante historia y que además, han puesto a la venta.

Y es que corría el año 1976 cuando el organismo que regula el Campeonato IMSA en Estados Unidos decidió cambiar las normas y dejar competir a deportivos con chasis tubular. El ingeniero John Greenwood vio una gran oportunidad para construir la próxima generación de Corvettes de carreras y apostó por los servicios del diseñador Bob Riley, quien creó el primer Corvette de la historia con un chasis de tubos. Este bólido entró en competición en 1977 y esconde el chasis COV002, el segundo y último de los fabricados para las carreras.

Solo se fabricaron dos unidades

Realmente avanzado para la época, su chasis estaba fabricado con tubos de cromo-molibdeno de dos pulgadas, lo que aseguraban, le proporcionaba la misma resistencia que un tanque de combate.

John Paul compró este segundo Corvette con chasis de tubos del equipo Protofab después de hablar con John Greenwood sobre el potencial de esta criatura. Poco después pasó a recoger su bólido, que terminó de ser ensamblado en Lawrenceville, Georgia, donde el equipo JLP Racing tenía su base de operaciones.

Motor16

Bajo su largo capó esta 'Supervette' escondía uno de los conocidos Big Block utilizados en el Campeonato Can-AM. Hablamos de un impresionante motor V8 con 500 pulgadas cúbicas, que podemos traducir en algo así como 8.200 centímetros cúbicos. Contaba con un sistema de inyección mecánica ideada por Kinsler y era capaz de proporcionar más de 750 CV de potencia. Semejantes números eran enviados a sus ruedas traseras a través de un cambio manual de cuatro velocidades.

Este bólido fue pilotado por John Paul durante la temporada 1978 de IMSA, pero debido a la superioridad de los imponente Porsche 935, no obtuvo ninguna victoria ese año. Si que es cierto que este Corvette tiene un sensacional palmarés, porque esa temporada en el Campeonato IMSA consiguió un segundo puesto, un tercer lugar… Al finalizar el año, Paul vendió el auto a Tico Almeida y Rene Rodriguez de T&D Racing, con el que compitieron en las 24 Horas de Daytona de 1981, pero lamentablemente no pudo terminar. 1982 fue el último año de competición de este impresionante bólido.

Ahora se encuentra a la venta

Tras caer en las manos de Canepa, cada uno de sus tornillos ha sido debidamente restaurado hasta tener un nivel de concurso. También su motor fabricado por Ed Pink Racing Engines ha sido puesto a punto y aseguran que mantiene intacto todo su potencial original, mientras que tras sus singulares llantas BBS ahora se esconde el equipo de frenos original de un Porsche 935 de la época, con pinzas de magnesio.

Semejante joya puede ser utilizada en campeonatos históricos, pero no creo que haya muchos a los que no les importe jugarse la integridad de este bólido en pista, pues imaginamos que barato no va a ser.