comscore

Porsche 935 Kremer K3. Esta bestia está a la venta en Alemania

La firma de Zuffenhausen está lista para comenzar con la producción de su impresionante Porsche 935, un bólido inspirado en el legendario 'Moby Dick' y que toma como punto de partida un poderoso Porsche 911 GT2 RS con sus 700 CV de potencia.

Desafortunadamente de semejante criatura sólo se fabricarán 77 ejemplares, las cuales sólo se van a poder utilizar dentro de un circuito. Puede que algún acaudalado propietario decida acudir a algún especialista para que se lo modifique para utilizarlo en la calle, pero es poco probable.

Encargado por Walter Wolf

Si tu estás buscando algo semejante, igual este impresionante Porsche 935 Kremer K3 que tienes aquí es la solución, pues este, aunque ya tiene unos años encima, se puede utilizar en carreteras abiertas.

Walter Wolf, es una persona muy importante para la Fórmula 1 a finales de los años '70, pues tenía su propia escudería Walter Wolf Racing y ha sido el artífice de esta criatura que tiene a la venta el exclusivo concesionario Cartique en Alemania.

Y es que Wolf recurrió a los servicios del especialista Kremer Racing para que se lo adaptara para emplearlo en carreteras abiertas. A sus artesanales talleres llegó en 1979 un Porsche 935 de competición calcado al que en ese mismo año venciera las 24 Horas de Le Mans, pero Kremer lo adaptó para la vida real. Si bien, se dice que es calcado al de competición en un 98%.

Tiene 740 CV de potencia

En su parte trasera se esconde un corazón bóxer de seis cilindros y 2,85 litros con dos turbocompresores, que ha sido descafeinado hasta los 740 CV de potencia a 8.000 rpm. Semejante potencial se envía a las ruedas traseras por medio de un cambio manual de 4 velocidades y le ha permitido a su propietario alcanzar los 338 km/h en una Autobahn alemana. Por lo que lento no es precisamente.

Seis meses de desarrollo tardó Kremer Racing en diseñar un sistema de escape adecuado para esta criatura, que emplea unas suspensiones creadas por Bilstein, las cuales elevan su altura libre al suelo hasta los 10 centímetros, pues las versiones de competición tan sólo levantan cinco del asfalto.

Del modelo de competición mantiene todos los paneles de la carrocería, que están fabricados en kevlar, así como las exclusivas llantas BBS, equipadas con neumáticos Goodyear fabricados a mano.

Kremer también modificó su interior con los elementos heredados de un Porsche 911 Turbo de la generación 930. Así hay asientos más confortables tapizados en cuero, relojes tradicionales… Si bien, Wolf pidió instalar un equipo de aire acondicionado, algo que Kremer no pudo hacer por la complejidad que conllevaba adaptar este sistema al motor de esta máquina de competición.

El propio Wolf decidió deshacerse de esta máquina en el año 1987 y se lo vendió a un coleccionista suizo, que ahora ha recurrido a los servicios del especialista Cartique para buscar un nuevo hogar a este bólido, que tan sólo tiene 10.124 kilómetros.

Su precio no se ha dado a conocer, pero para que te hagas una idea, el propio Wolf pagó más de 380.000 marcos alemanes por aquellos entonces, suma que equivaldría a unos 800.000 euros. Toda una fortuna a finales de los '70. Si bien, apuesta a poner un dígito por delante de esa cantidad para poder llevártelo a casa.