Antes de arrancar en Marina Bay, Sebastian Vettel ponía en palabras el ambiente que se disparó en torno a su figura tras el Gran Premio de Italia: «yo soy mi peor enemigo». La derrota de Monza fue moral y estratégicamente demoledora para el piloto alemán y para Ferrari, en un momento crucial del campeonato. A pesar de la evolución del monoplaza italiano, especialmente desde el Gran Premio de Alemania, Hamilton había ganado tres de las cuatro carreras previas a la cita de Singapur. La de Marina Bay se antojaba una pista propicia para Ferrari, pero al cerrar el fin de semana Hamilton ya ha logrado cuatro victorias en las cinco últimas pruebas.
En Marina Bay también llegó otra derrota moralmente demoledora. Porque empezó el sábado con una vuelta sencillamente memorable de Lewis Hamilton que aplastó a sus rivales, y especialmente a Vettel. La ventaja estratégica que supuso la pole quedó en evidencia el domingo. Con la desventaja de la posición en pista de Vettel, Ferrari se vio obligado a jugar a la contra, pero con poco margen de éxito. Efectivamente, el tiro salió por la culata. «Intentamos ser agresivos al comienzo, pero obviamente no funcionó. Tal y como corrimos hoy, no teníamos ninguna opción». Se perdió el sábado, donde Vettel tampoco pudo superar otro 'vueltón' de Max Verstappen. El domingo fue su consecuencia.
Pole y victoria para Hamilton
Con la ventaja de salir y rodar en primera posición, Hamilton controló el ritmo de todo el pelotón para asegurarse una carrera a una sola parada. Aceleró cuando quiso para marcar distancias a Vettel, quien incluso fue capaz de superar a Verstappen en una brillante maniobra de la primera vuelta. Pero con poco margen de éxito frente al piloto británico el equipo italiano optó por una estrategia inicial a dos paradas en su desesperado intento de superar a Hamilton. Pero desde la distancia Red Bull aprovechó para poner en su punto de mira a Vettel. Al volver a la pista tras su parada, Verstappen le superó por centímetros. El piloto alemán quedó seco y sin opciones a mitad de la carrera.
Hamilton resumió uno de las mejores actuaciones de toda su carrera. «Venir aquí, conociendo el rendimiento de Red (en estas pistas) … Si miras la historia, siempre ha estado en las dos primeras filas en los últimos ocho o diez años. Ferrari, igual en los últimos cinco o seis años. Han elevado su ritmo, así que iba a ser algo especial superarles. Nadie de toda la jerarquía del equipo, ni James Vowles o Toto Wolff probablemente esperaban que fuera posible ayer (su vuelta rápida). Así que ha sido una victoria monumental para nosotros como equipo». 40 puntos de ventaja, el quinto título más cerca, y un equipo Ferrari en sus horas más bajas. ¿Serán capaces de recuperar semejante diferencia en las seis carreras restantes?
Buenos resultados para Hamilton y Sainz
Pero si Lewis Hamilton logró el triunfo absoluto, Fernando Alonso presumía de su «pequeña victoria» en «una carrera mágica». Era esta su última aparición en el Gran Premio de Singapur, en su pista favorita del calendario. «Sabíamos que era una oportunidad para nosotros, muchas veces las oportunidades llegan y se pierden por pequeños detalles. Nosotros no solemos perderlas», explicaba a final de la prueba para recordar y presumir de su historial desde 2008 en este trazado. «Cinco podios en diez participaciones, así que el cincuenta por ciento», apuntaba antes del fin de semana para recordar sus porcentajes en el trazado más duro del calendario.
Efectivamente, se trataba de una 'pequeña victoria', ya que con todos los Mercedes, Ferrari y Red Bull en meta, el séptimo era el mejor resultado posible. Piloto y equipo optimizaron todos los factores posibles: elección de neumáticos para una sola parada, ritmo por vuelta, llamada a boxes…. E incluso Alonso lamentó que Kevin Magnussen le arrebatase esa vuelta rápida que estuvo en su poder durante varias vueltas. Pero Alonso también avisaba que esta podría ser esta una de las últimas alegrías en la recta final de su trayectoria en la Fórmula 1.
Carlos Sainz, por su parte, empieza a vivir tiempos de transición. Antes de la salida, recibía la visita de su futuro jefe en la parrilla. Zak Brown aprovechó para desear suerte al piloto español quien, por su lenguaje corporal, agradeció el gesto. Pero mientras tanto Sainz tiene que defender la cuarta posición de Renault en el campeonato de Constructores. Y por segunda carrera consecutiva se convirtió en el ariete del equipo francés. Su fulminante salida dejó a Hulkenberg clavado, y el alemán nunca tuvo el ritmo del español. Sainz se va asentando paulatinamente frente Hulkenberg en esta recta final de la temporada, lo que está afirmando su posición tras un complicado comienzo de campeonato. Seguro que Zak Brown estará encantando con lo que está viendo de su futuro piloto.