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Prueba del Dacia Spring Extreme 65 CV: La puerta de acceso al coche eléctrico

Por el momento, el Dacia Spring es el coche eléctrico nuevo más asequible del mercado si descartamos el Invicta D2S, un turismo que para muchos usuarios no cumplirá los mínimos exigibles a un automóvil en la actualidad. La versión básica Essential del Dacia Spring está disponible desde 18.590 euros con un motor de 45 CV, una batería de 26,8 kWh netos y un equipamiento austero pero suficiente, ya que dispone de aire acondicionado, dirección asistida, radio, Bluetooth y un cargador embarcado de 7 kW que permite recargar la batería en un cargador doméstico en unas cinco horas.

Dicho todo esto, el Dacia Spring de 45 CV se queda muy justo de potencia a la hora de circular por carreteras con desniveles, por autopistas o con el vehículo cargado, motivo por el cual la firma rumana decidió lanzar una versión más potente de su vehículo urbano 100 % eléctrico, vehículo que hoy ponemos a prueba.

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Un motor con más potencia pero con menos par para el Dacia Spring de 65 CV

El Dacia Spring de 65 CV se encuentra únicamente disponible con acabado Extreme, del mismo modo que el de 45 CV se comercializa sólo con acabado Essential. Ambos comparten sistema motriz salvo por el motor, que ofrece 20 CV extra y va acoplado a una transmisión de menor desarrollo, ya que su motor, a pesar de ser más potente, ofrece menor par motor. Por tanto, para desarrollar más potencia, ha de girar más deprisa, entregando menos cantidad de fuerza pero “más veces” a igualdad de tiempo.

En realidad, el Dacia Spring es un automóvil tremendamente lógico, y lo extraño es que no haya más fabricantes que ofrezcan algo parecido. Se trata de un vehículo de corte urbano que puede usarse también en carretera, aunque no sea su medio natural. Mide 3,73 metros de longitud y pesa 1.075 kilos en orden de marcha. A pesar de su formato extremadamente compacto, puede alojar a cuatro ocupantes sin dificultad y dispone de un maletero de 270 litros, que es bastante grande para las dimensiones de su carrocería.

La versión de 65 CV con acabado Extreme tiene un precio básico de 20.240 euros. Si la pintura Blanco Caolin no es de nuestro agrado, tendremos que abonar 500 euros de sobreprecio por cualquiera de las tres opciones adicionales disponibles, incluido el Liquen Caqui de la unidad probada. Esta versión (no la de 45 CV) nos permite además equipar un cargador embarcado con carga rápida (hasta 30 kW) en corriente continua por 650 euros adicionales, una opción interesante pero cuya adquisición deberemos meditar.

Si vamos a recargar siempre el coche en casa o en el trabajo, nos podemos ahorrar los 650 euros. Además, en caso de revender el vehículo, el comprador tendrá la certeza de que la batería ha sido cargada siempre despacio y, por tanto, su degradación habrá sido potencialmente menor.

Por otra parte, si vamos a viajar con él, aunque sea ocasionalmente, la carga “rápida” es imprescindible. También en este caso será interesante pedir una rueda de repuesto por 150 euros (es cara, pero recomendable), y para completar la lista de la compra Dacia ofrece también un buen número de accesorios.

En marcha con el Dacia Spring Extreme

Accedemos al interior (en este caso sí disponemos de cierre centralizado) y enseguida comprobamos que el habitáculo es muy estrecho, pero la postura al volante resulta cómoda. Giramos la llave en el contacto, llevamos el conmutador del cambio a la posición D e iniciamos la marcha con suavidad, accionando una dirección bien asistida y unos pedales de tacto correcto.

En entornos urbanos, circular con el Dacia Spring de 65 CV resulta muy agradable. Hay potencia suficiente para moverse sin problemas a la velocidad del tráfico o incorporarse con facilidad a una vía en la que se circule rápido. La radio suena razonablemente bien y no hay problemas de ergonomía salvo que queramos abrir o cerrar las ventanillas traseras que, a pesar de contar con elevalunas eléctricos, carecen de mandos en la zona delantera.

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Si somos cuidadosos con las aceleraciones y especialmente con las retenciones (la frenada regenerativa en los coches eléctricos poco potentes tiene también menor capacidad de recuperar energía), conseguiremos buenas cifras de consumo y autonomía en ciudad, pero si nuestros desplazamientos incluyen carreteras y, especialmente, autovías o autopistas, el Dacia Spring Extreme de 65 CV se mostrará especialmente poco eficiente. Así, en ciudad es fácil bajar de los 15 kWh/100 km, pero en carretera y autopista registramos fácilmente los 19 kWh/100 km, por lo que en este caso difícilmente haremos más de 120 kilómetros con una sola carga de batería.

Así que si necesitas viajar con el Dacia Spring, resulta imprescindible resignarse a adoptar una velocidad de crucero lo más baja posible, ya que así estiraremos bastante la batería, que necesita en torno a una hora para recuperar el 80 % de su capacidad en un cargador rápido. Seleccionar el modo de conducción Eco (que reduce la potencia disponible y limita la velocidad) puede ayudarnos en este sentido, pero lo mejor es ser directamente nosotros los que decidamos a qué velocidad queremos ir y cuánta potencia queremos usar en cada momento.

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El Dacia Spring Extreme impone un ritmo tranquilo

Dicho esto, lo cierto es que el Dacia Spring Extreme impone un ritmo tranquilo. Sus estrechas ruedas dan el agarre justo y necesario para circular con seguridad, pero no incitan a apurar las frenadas. Tampoco sus suspensiones invitan a abordar curvas a alta velocidad o a buscar el límite de la adherencia de los neumáticos, y en general el tacto del coche es más propio de un funcional “electrodoméstico” que el de una máquina lúdica.

Pero lo cierto es que aunque su autonomía o su capacidad interior no estén pensadas para largos desplazamientos, se trata de un vehículo muy práctico en zonas urbanas y alrededores, que ofrece todo lo necesario para desplazarse confortablemente y aparcar en huecos angostos disfrutando de la etiqueta Cero de la DGT, y todo ello a un precio razonable, algo que, por el momento, nadie más ofrece.