En el parque automovilístico español y en el europeo en general el auge de los coches con cambio automático es sencillamente imparable. Sorprende a nivel europeo, pero sorprende aún más a nivel nacional, puesto que España era tradicionalmente un país reacio a este tipo de cambios automáticos. Dos eran los motivos fundamentales de esta negativa a los cambios automáticos, por un lado son más caros que los manuales, y por otro su supuesta falta de fiabilidad.
Cambio automático, crecimiento imparable
Para hacernos una idea de su velocidad de implantación, en 2017 sólo 1 de cada 10 coches que se vendía en España era automático. En estos momentos estamos ya en tasas del 40% y seguimos subiendo, de forma que no será extraño ver tasas superiores al 50 % próximamente. Empujados además por un hecho, el que conduce un coche automático repite ya para siempre en la mayor parte de los casos.
Es por ello que antes o después es más que probable que tengamos que sentarnos alguna vez a los mandos de un automóvil automático.
De hecho, el Gobierno trabaja ya en una modificación de la ley que hace que los exámenes de autoescuela realizados con coche automático pasen a ser considerados como válidos sin tardar mucho.
