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Cupra Born. Electrodeportividad

Un ‘palabro’ al que este Cupra Born le da sentido. Su llamativa imagen, su sensacional puesta a punto o su brillante mecánica eléctrica son los ingredientes perfectos que dan forma a un vehículo que apetece disfrutar a diario y con el que te puedes divertir en cuanto te lo propongas.  Y lo mejor de todo de este modelo de la fabrica española : sin tener que dejarte una fortuna.

Hay que remontarse al Salón de Ginebra de 2019, escenario donde Seat presentó un prototipo llamado el-Born. Finalmente aquel vehículo evolucionó hasta convertirse en el primer eléctrico de Cupra, aunque su estética o su mecánica siguieron fieles a las promesas de la firma española. Hoy tenemos con nosotros este Cupra Born, un compacto (mide 4,32 metros de largo, que es lo mismo que la primera generación del Seat Toledo) que combina eficiencia y deportividad a partes iguales. Y lo mejor de todo es que, sin ser un chollo, no obliga a hipotecarse.
Tanto que el primer Cupra eléctrico es 3.120 euros más barato que un Cupra León e-Hybrid de 204 CV. Cierto es que ambos tienen etiqueta ‘0 emisiones’ y que con el León viajarás con una libertad extra, pero si este Born te cuadra por su autonomía, no es ninguna compra que consideremos disparatada.
Y de autonomía no va nada mal. A día de hoy el Cupra Born sólo se comercializa con una batería de 58 kWh útiles (llegarán versiones con 45 y de 77 kWh que prometen 340 y 540 kilómetros de autonomía), que le permite firmar 416 kilómetros con una sola carga.

CUPRA BORN

¿Reales?

Depende del uso, como todo. En nuestro recorrido el gasto real ha subido de los 15,6 kWh/100 km homologados a 16,6. Muy probablemente por las llantas de 20’’ de esta unidad (son un extra de 1.520 euros), pues de serie se conforma con 18.
Si abusas de la ciudad y sus alrededores, los 58 kWh de su batería se traducirán en más de 400 kilómetros, mientras que en autovía a 120 km/h, dan para unos 302. Es casi la distancia entre Madrid y Zaragoza. Y si deseamos continuar hasta Barcelona, sólo hay que buscar un cargador ‘pata negra’ que inyecte energía a los 100 kW que admite este Cupra Born. De ser así, en poco más de 30 minutos ya tendremos ‘combustible’ para cubrir los otros 300 kilómetros que nos quedan.
Es verdad que hay que cambiar el chip a la hora de viajar. Pero este Cupra Born nos intenta facilitar las cosas en la medida de lo posible. Incluso con el confort que transmite a sus ocupantes. Esta unidad carece de suspensiones activas (cuestan 850 euros). Pero no las echamos en falta. Su puesta a punto es sensacional y aun con sus llantas de 20’’, filtra muy bien las irregularidades del asfalto. También se agradece su insonorización y su aislamiento térmico, un papel a tener muy en cuenta en un eléctrico.

CUPRA BORN

En el interior

Muestra de ello es que precalentando el habitáculo antes de salir, sin climatizador, pero con el volante y los asientos calefactados conectados, el confort climático es magnífico en nuestro viaje diario. En ese desplazamiento este Cupra Born gasta 16,5 kWh/100 km, que sube a 19 si lo hacemos sin preacondicionar, colocando el climatizador a 21 grados, con sólo 4 en el exterior. Ahí puedes calcular el incremento en caso de usar la calefacción. El peor aliado de todo eléctrico
Cuatro adultos viajarán sin problemas de espacio, pero si llega un quinto, mejor que sea un niño. Se agradece la ausencia de túnel central, pero no sobran los centímetros en anchura detrás, donde tampoco hay salidas de ventilación específicas. También su maletero está en consonancia con su tamaño. Y los 385 litros que anuncia son muy aprovechables, además de que son 115 litros más que los de un León e-Hybrid.
Seaqual se llama el tejido que viste sus asientos, muy cómodos. Creado a base de plásticos reciclados del fondo del Mediterráneo, ayudan a poner el punto ‘ecofriendly’ a un interior que calca con precisión milimétrica todos los defectos ya vistos en sus parientes ID.3 e ID.4. Un selector de cambio oculto tras el volante, dos botones para cuatro elevalunas, mandos táctiles sin iluminar… A este apartado había que darle una vuelta. Aún así, con el tiempo se le coge el truco y te acabas haciendo a sus particularidades. Y a controlar todo desde la pantalla de 12 pulgadas.

CUPRA BORN EN DATOS

En marcha

En marcha sorprende la agilidad con la que se mueve. Ayudado por un comedido radio de giro, en ciudad se contonea como si de un utilitario se tratase. Aquí puedes abusar del modo Range, que ayuda a exprimir al máximo la autonomía.
Si sales fuera de la urbe, mejor los programas Comfort o Individual. Este último te deja personalizar diferentes parámetros para configurar el Cupra Born a tu gusto. Sus 150 kW (204 CV) aparecen de manera instantánea con sólo acariciar el acelerador y proporcionan brillantes prestaciones. Han sido calcadas a las del Volkswagen ID.3 que probamos en su día, destacando la reducción de cuatro décimas a la hora de acelerar de 0 a 100 km/h.
Y en Performance es en el modo que más lo vas a disfrutar. A pesar de no equipar el chasis activo, este Cupra Born sorprende por su agilidad y por la diversión que transmite el motor trasero. No es extremadamente firme, su dirección es correcta (mejor con menos vueltas entre topes) y los frenos cumplen su misión. Sorprenden sus tambores traseros, que nos remontan al siglo pasado; el único pero a un conjunto realmente divertido y que disimula el lastre adicional de esas baterías, que marcan el carácter del primer eléctrico de Cupra.

La Clave.- No es el eléctrico más caro del segmento, pero sí el más divertido. El Cupra Born además de bordarlo en ciudad, permite escapadas fuera de la urbe con garantías, y con un extra de confort. Bien hecho, es espacioso, está bien equipado y recarga de forma rápida. Si no calcara los defectos de ergonomía de otros eléctricos del grupo, sería perfecto.