¿Acabas de comprar un coche nuevo? ¿Es la primera vez que lo haces? Pues apúntate la regla número uno: la mejor manera de tener el mejor control sobre él es que el volante esté en la posición ideal para ti. Para ello, lo tienes que regular a la perfección.
Adaptar el volante a tu cuerpo y postura es un ejercicio tan específico que puede que no sea necesariamente la posición más cómoda para otras personas que conduzcan el mismo coche, pero esa posición tan particular significará que estarás mucho menos cansado tras hacer viajes largos. Además, tendrás mejor visibilidad en tus puntos ciegos y reducirás el riesgo de lesión en un accidente.
¿Cómo saber has acertado al regularlo?
La posición del conductor en un vehículo es crucial para conseguir un mayor control de la dirección y también un aumento en la visión alrededor del coche y en la carretera:
- Por tu seguridad, lo ideal es tener unos 25 cm entre el esternón y la cubierta del airbag.
- Tus hombros deben tocar el respaldo. Si no es así, debes regular de nuevo el asiento y variar el ángulo. Recuerda que el asiento no debe estar reclinado más de 30°.
- Tu objetivo debe ser poder alcanzar los pedales del acelerador, freno y embrague con comodidad. Incluso también debes alcanzar el freno de mano sin ningún tipo de problema.
- En la posición perfecta, como hemos comentado, puedes apoyar las muñecas sobre el volante.
Verificar la simbiosis entre tu coche y tú es importante para tu comodidad… y, por tanto, para tu seguridad.
