Llevábamos años avisando de que el día que los fabricantes chinos decidieran llegar al mercado europeo, podría producirse una pequeña revolución… Y ese momento ya ha llegado. Se avecina avalancha de coches chinos.
Los fabricantes del gigante asiático han ido aprendiendo –gracias fundamentalmente a acuerdos de producción con marcas clásicas– no los entresijos del negocio, sino sobre todo, los estándares de calidad que se estilan fuera de las fronteras de China. Y sobre todo en el continente europeo.
Si a eso unimos, la disrupción que supone este cambio de modelo en el que los modelos de combustión clásica son sustituidos por la nueva movilidad eléctrica, el momento es perfecto para ganar clientes en el mercado europeo.
1Coches chinos fabricados por start ups
Porque ahora, con el concepto start up instalado en el sector del automóvil, a nadie le extraña que una empresa que hace poco más de cinco años no existiera, hoy esté fabricando y vendiendo coches en Europa. Y con un nivel de calidad, tecnológico y de acabados al menos notable. Son las cosas de la globalización.
Es el caso de Aiways, por ejemplo, una start up fundada en 2017 por dos emprendedores y que hoy, solo cinco años después, cuenta con sedes en Shanghai y Munich (esto de empaparse de la manera europea y alemana de fabricar coches es una tendencia que muchas siguen) y una capacidad de fabricación de 300.000 coches al año.
