En la década de los años 90, las carreras de GT estaban en pleno auge. Una firma como es el caso de Porsche, ligada estréchamente al mundo de la competición, respondió a las necesidades de sus clientes y ofreció versiones de carreras cada vez más salvajes de la generación 964 de su Porsche 911. Ahora bien, en el año 1994 desaparecen los 964 y llega a los concesionarios la generación 993 y con ella, motores aún más poderosos que el 3.8 bóxer y de naturaleza atmosférica que se estaba empleando hasta la fecha.
Tan sólo hay 11 unidades en el mundo
Los chicos de Stuttgart tenían un «as» bajo la manga en forma de 3.6 biturbo, y este corazón capaz de proporcionar una potencia de 450 CV llegó a los Porsche 911 GT2. Con esta máquina dominaban la categoría GT2, pero buscaban aún más, de forma que crearon los Porsche 911 GT2 Evo, máquinas que inscribirían en la categoría GT1 y que tienes ante tus ojos. Se diferenciaban fácilmente gracias a sus enormes pasos de rueda, un nuevo paragolpes delantero o un alerón posterior doble. Por si todo ello fuera poco, ese mencionado 3.6 biturbo ganaba 150 CV y llegaba a generar en estas versiones nada menos que 600 CV de potencia.
Esta máquina llegó a los circuitos en 1995 y se las tuvo que ver con el todopoderoso McLaren F1 GTR. Porsche no tuvo ninguna posibilidad de plantar cara con estos 911 GT2 Evo, pero tampoco importaba mucho, pues años más tarde se descubrió que fue un paso intermedio hasta la llegada de los Porsche 911 GT1, que debutaron en competición un año más tarde. Por este motivo tan sólo se llegaron a construir 11 ejemplares como este que tienes ante ti y que saldrá a subasta el próximo 20 de agosto en Monterrey dentro de los actos del Concurso de Elegancia de Pebble Beach.
Este ejemplar de 1995 sólo tiene 7.000 kilómetros, pero da por echo que todo ellos han sido en circuito y tratando de conseguir un único objetivo, la victoria.
