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La misteriosa línea amarilla que la DGT ha pintado en un pueblo de Asturias y que nadie entiende

En la pintoresca localidad asturiana de Cangas de Onís, ubicada en el corazón de los impresionantes Picos de Europa, ha aparecido pintada la línea de la discordia. Los turistas que disfrutan de sus vacaciones se han sorprendido al encontrar una enigmática señalización pintada en la plaza del Mercado. Esta plaza de doble sentido, con coches estacionados en ambos lados, solía ser escenario de problemas de tráfico debido a los vehículos que utilizaban el área central para estacionar y realizar diversas actividades.

En respuesta a esta situación, los responsables del tráfico en el ayuntamiento decidieron pintar una señal que delimitara los dos carriles y prohibiera el estacionamiento en el área central. Sin embargo, esta peculiar señal ha desconcertado a los habitantes de Cangas de Onís, quienes la han apodado como «la rayona».

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La jerarquía de señales y líneas y su significado

Para comprender el misterio detrás de esta señal, es esencial entender la jerarquía de señales en la regulación vial. Las señales horizontales o marcas viales ocupan el último lugar en esta jerarquía y suelen indicar prohibiciones o restricciones temporales. En este contexto, la línea amarilla discontinua tiene dos propósitos.

Por un lado, delimita los dos sentidos de la calzada, proporcionando una guía visual a los conductores. Por otro, señala la prohibición de estacionar cerca de la línea. Sin embargo, a diferencia de una línea continua amarilla, que prohíbe el estacionamiento y la parada, esta línea discontinua permite la parada durante un corto período de tiempo, siempre y cuando no obstruya el tráfico ni suponga un peligro para otros vehículos.

Espalda