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Mitsubishi L200. Todopoderoso

Los pick-up no atraviesan su mejor momento, pero Mitsubishi anima el mercado con su renovado L200. Recibe pinceladas estéticas exteriores e interiores, pero lo más importante es que gana refinamiento, pues al poner en marcha su motor 2.5 DI-D, el sonido está más amortiguado gracias a una mejor insonorización, lo que redunda en confort de marcha. Aquí tienen especial importancia unas suspensiones, que aunque mantienen un eje trasero compuesto por ballestas, filtran mejor las irregularidades del asfalto. Aun así, sigue siendo un vehículo ideado para el trabajo, a pesar de contar con un puesto de conducción semejante a un turismo, un habitáculo amplio y un equipamiento que en su versión Kaiteki no se olvida del cuero, los faros bi-xenón, sistema de navegación o lo último en asistentes de seguridad activa.

Este apartado mejora considerablemente, pues todos los Mitsubishi L200 DobleCabina -hay una versión con Cabina Alargada- suman un total de siete airbag, incluyendo el de rodilla para el conductor.

154 ó 181 caballos

Su mencionado propulsor eroga 154 CV, o 181 si optamos por el 300 DI-D, que además obliga a un cambio automático de 5 velocidades con levas en el volante. Anda de cine, pero su consumo se resiente. Similares prestaciones ofrece la versión de 154 CV, que sólo se vende con cambio manual de 6 marchas, que suma el sistema Auto Stop&Go, que minimiza el gasto. No hay que olvidar que rozan las dos toneladas y su dinámica, no anima a ir alegres. Fuera del asfalto sorprenden gracias a sus eficaces sistemas de tracción total