El fabricante de automóviles eléctricos Fisker sigue trabajando duramente para desarrollar vehículos cada vez más tecnológicos y avanzados. Con esta premisa, la empresa Californiana ha registrado una patente sobre baterías en estado sólido que, sobre el papel, le permitirían unas autonomías muy altas y unos tiempos de recarga muy muy cortos.
Y no lo decimos nosotros, lo dicen sus estimaciones puesto que el uso de este tipo de baterías en un vehículo supondría contar con una autonomía de más de 800 kilómetros. Pero lo más sorprendente no son los kilómetros que podrás recorrer con una carga completa sino que la recarga de las mismas podría llevarse a cabo en ¡¡un minuto!!
En términos técnicos las baterías 'sólidas' ofrecen una mejor densidad de energía y son descritas como más seguras que las actuales. El principal inconveniente es que esta tecnología no está lo suficientemente desarrollada como para llegar al mercado a corto plazo.
Una tecnología que llegará en cinco años
De hecho, se espera que estas baterías puedan estar listas para su uso en vehículos de producción para el año 2023. Para su desarrollo completo, la compañía está manteniendo conversaciones con otros posibles socios industriales (como compañías telefónicas) que impulsarían su uso. Esto significa que las futuras baterías se podrán utilizar en otro tipo de aplicaciones industriales o para otro tipo de dispositivos electrónicos.
Antes de esa fecha, Fisker ya habrá presentado y comercializado su nuevo vehículo 100% eléctrico: el EMotion. Este modelo, cuya imagen definitiva ya conocimos, se presentará oficialmente en enero de 2018, coincidiendo con el CES (Consumer Electronics Show) que se celebra en Las Vegas.
De momento, Fisker ya anuncia una autonomía máxima de aproximadamente 640 kilómetros y una velocidad punta de 260 km/h utilizando baterías de litio suministradas por LG Chem (que también proporciona al Bolt de Chevrolet). En el futuro, el EMotion se aprovechará de las nuevas baterías sólidas para conseguir mejores prestaciones. Con este nuevo vehículo eléctrico, el empresario danés regresa al mercado de las grandes berlinas ecológicas tras su primer fracaso con el Fisker Karma.
