La cuestión de las Zonas de Bajas Emisiones está poniendo todo patas arriba, cambiando todos los cánones establecidos y colocando sobre la mesa de nuevo la conveniencia de las pegatinas de la DGT. De esas cosas a las que nos hemos tenido que adaptar a marchas forzadas, con el devenir de los tiempos. Casi de forma obligatoria porque, como suele decir el dicho, «a la fuerza ahorcan».
Recientemente circuló de manera masiva absolutamente por todas las redes sociales la noticia sobre la creación de una nueva etiqueta medioambiental que podría revolucionar más lo que ya en sí se está convirtiendo en complejo. No es fácil entender que nos pasemos la vida hablando de estas etiquetas, pero es lo que toca.
Distintos tipos de etiquetas de la DGT
Toma lápiz y papel porque empieza la teoría que has de aprender sin excusas. La primera de todas las pegatinas es la etiqueta Cero, que incluye los vehículos eléctricos o híbridos enchufables que no emiten ningún tipo de emisión contaminante. La segunda es la etiqueta ECO, que corresponde a los coches eléctricos enchufables que cuentan con menos de 40 km de autonomía, más lo híbridos no enchufables.
En tercer lugar, encontramos la etiqueta C que incluye a los vehículos que funcionan con gasolina o diésel. Y por último, pero no menos importante, la etiqueta B que es exclusiva para los coches que fueron matriculados allá por el año 2001 y funcionan con gasolina o en el año 2006 y funcionan con diésel. Todo este sistema ha llegado para quedarse y aquellos que piensan que la única pegatina es la de la ITV van a tener que hacer cursillos acelerados para asimilar una realidad más que patente en nuestros días.
