Lo primero que nos entra por los ojos es la estética que, además, es algo que nos marca de manera determinante cuando elegimos coche. Si no hay amor a primera vista… no es lo mismo. De hecho, podemos encontrar casos en que algunos coches para unos son feos y para otros bonitos, aunque en muchos otros casos se podría decir que hay quorum.
Porque es que todo hay que decirlo… Hay vehículos que suelen aparecer habitualmente en las listas que de forma recurrente se suelen elaborar sobre coches poco agraciados, y es por algo. Extraños, rocambolescos, asimétricos, indescriptibles y, sí, también, feos… ¿pero para quién? Lo de bonito o feo es algo muy subjetivo. Los gustos son muy personales (para ellos están los colores, dice el refrán) pero si una clasificación se hace en base a un algoritmo matemático ya es otro cantar.
Los coches, según la proporción áurea
¿No te suena? Se la conoce también como número de oro, número áureo o divina proporción, se trata de un número algebráico descubierto en la antigüedad (se usa desde el 300 antes de Cristo) que han empleado artistas y arquitectos para la búsqueda de la perfección.
En materia de coches, algunos fabricantes siguen más que otros esta proporción matemática, sobre todo cuando se trata de la parte frontal de sus vehículos. Faros, retrovisores, parrilla y parachoques… ¿Cuál es ese ranking de coches de la última década difíciles de mirar?
