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Infiniti Q30. La hora de Infiniti

Infiniti es una gran desconocida en el mercado europeo, pues su llegada coincidió con los inicios de la crisis; y aunque ha ido apuntalando, poco a poco, una gama interesante, le falta un producto que la ponga en órbita, un modelo popular que haga que la gente hable de este fabricante que comenzó su andadura en Estados Unidos en 1989 -su principal mercado-. O mejor dicho… le faltaba. Porque el nuevo Q30 es ese modelo que va a dar a conocer para el gran público a una marca que siempre ha apostado por la calidad, la distinción y la exclusividad.

Y esas tres premisas son las que se ven en cada uno de los detalles del Q30, un coche que ataca directamente -con sus mismas armas- a los compactos 'premium' más consagrados, léase Audi A3,BMW Serie 1 o Mercedes Clase A.

El compacto de Infiniti, el primer modelo de la marca que se fabrica en Europa, está realizado sobre la base de este último aunque el diseño es puramente Infiniti y se desmarca en multitud de detalles. A eso suma la calidad de acabados y materiales habituales en todos sus coches y un mimo por la fabricación que lo hace un producto realmente 'premium'.

Un interior de alta calidad

Se nota nada más entrar en el interior, donde nos recibe una consola forrada en piel, un cuadro de instrumentos de diseño asimétrico con una pantalla táctil central -que se puede manejar desde la propia pantalla o mediante una ruedecilla junto al cambio- y un volante de excelente tacto aunque tal vez demasiado grande. Todo está perfectamente terminado y todo encaja. Los asientos son magníficos por sujeción, su diseño, además, ha sido retocado para evitar la fatiga lumbar y, además, la mayor altura al suelo hace que el acceso al coche sea muy cómodo.

Porque el Q30 coquetea tanto en su altura como en su aspecto, -el trabajo de los bajos de la carrocería, el difusor trasero con las salidas de escape integradas…- con el estilo de los SUV compactos. Aunque en 2016 llegará la variante crossover, denominada QX30 que atacará directamente a los coches de moda.

La parte mecánica también ha sido escogida con mimo. Infiniti aprovecha sus acuerdos con Mercedes y su pertenencia a la Alianza Renault-Nissan para utilizar lo mejor de los dos grupos y darle su toque personal. Por ejemplo una gama de motores potentes pero muy eficientes; dos tipos de cambio y tracción delantera o total son las variantes disponibles. Pero además, en Infiniti han trabajado para dar al Q30 un tacto diferente en marcha. Las suspensiones, McPherson delante y multibrazo detrás han sido retocadas para ofrecer el mejor comportamiento. Cuentan, por ejemplo con muelles de recuperación que contrarrestan el cabeceo y el balanceo y garantizan el mayor contacto del neumático con la carretera en todo momento. Además de una dureza perfecta, que no descuida el confort.

Otro confort muy trabajado es el acústico; donde el Q30 quiere ser referencia y eso se nota, por ejemplo, en la insonorización de la variante con motor 1.5 de 110 CV, un propulsor que no es especialmente callado y que aquí apenas se oye.

Motores hasta 211 caballos

Ese es el motor, por cierto, en el que primero nos subimos y en este Infiniti nos muestra todas sus virtudes. Recupera con ganas, a sólo 1.750 vueltas ya empuja con decisión y además el cambio manual cuadra muy bien con su filosofía, aunque nos hubiera gustado que pudiera equipar el automático, lo que sería un nuevo punto de distinción incluso para la versión más popular. Sus 110 caballos son más que suficientes y cuando vemos su gasto, no hay duda de que será uno de los más elegidos de la gama.

También pudimos probar en carreteras portuguesas el tope de gama, con sus 211 caballos y su acabado Sport -la carrocería está 1,5 centímetros más baja, para aumentar el aplomo-. Será el deseado por los conductores más deportivos, aunque no es radical y siempre muestra una gran comodidad. Tal vez se echa en falta, para ese comportamiento deportivo, una mayor rapidez en el cambio automático, algo menos prestacional de lo que puede ser el motor.

El Infiniti Q30 también se distinguirá por sus posibilidades de personalización: 3 versiones (base, Premium y Sport), tres acabados interiores, ocho tipos de llantas, diversos packs de equipamiento… Se podrá hacer un Q30 a la medida de cada uno. Y con un equipamiento a la altura de lo que se espera de un 'premium', sobre todo en dispositivos de seguridad y ayuda a la conducción como advertencia de ángulo muerto, aviso de colisión frontal con sistema de frenado de emergencia delantero (por cierto, lo probamos a la entrada en una autopista al encontrarnos un coche parado en mitad del carril y funciona de maravilla), control de deslumbramiento automático, control de crucero inteligente…

Todo muy 'premium' salvo el precio, pues los 24.900 euros (menos una campaña de lanzamiento cuya cuantía no concretaron) es una cifra muy asumible por uno de los compactos más distinguidos que se podrán encontrar en el mercado.