Esos sensores recogen la información exterior y la comparten con otros conductores y con las infraestructuras, de modo que se puede crear un mapa de lo que hay alrededor del vehículo. El sistema puede sugerir entonces el carril por el que es más conveniente circular en función de los obstáculos que puedas encontrar en el camino. La tecnología i2V también permite al conductor y los pasajeros conectar con un mundo virtual denominado Metaverso en el que las personas pueden interactuar mediante avatares tridimensionales. Es decir, que familiares o amigos que no se encuentran dentro del vehículo podrán sentarse virtualmente en el mismo para comunicarse con el conductor, servirle de guía en un lugar que desconoce o simplemente hacerle compañía.