Cuando entras en el coche a primera hora de la mañana, a cero grados bajo cero, lo último que apetece es quitarse el abrigo y los guantes. La calefacción del coche no empieza a calentar de manera instantánea. Primero tiene que entrar en temperatura el motor para que pueda empezar a pasar ese excedente de calor al habitáculo.
Cuesta mucho desabrigarse al subir al coche, sabiendo que tendrás que esperar unos minutos hasta poder empezar a notar la calefacción. Por eso, muchas veces los conductores se meten en el coche directamente con el abrigo, los guantes y la bufanda. Esto no es lo más apropiado para conducir, e incluso nos puede caer una multa por conducir así de abrigados.
Los guantes de invierno no valen para conducir
Tampoco debemos conducir con los guantes de lana puestos. Aunque existen guantes específicos para conducir, estos no tienen nada que ver con los guantes que se utilizan para sobrellevar el frío del invierno. Los guantes específicos para conducir están diseñados para garantizar un buen agarre del volante, mientras que se mantiene por completo la libertad de movimiento de dedos y manos.
Los guantes normales harán que nuestras manos se deslicen por el volante, perdiendo agarre. Además la mayoría son muy gruesos, algo que complicará aún más la conducción. Por eso, la DGT tiene contraindicado conducir con guantes de este estilo. Si no soportas el frío del volante, te recomendamos usar una funda para el volante de terciopelo, que te ayude a calentar esta superficie. Pero ¿cuál es la sanción por incumplir estas recomendaciones de la DGT?
