En verano solemos viajar más, estar en activo, cumplir sueños pospuestos todo el año y vivir aventuras con nuestra familia o amigos. Para todo, nuestro coche suele ser indispensable. Seguro que muchos conductores piensan que es lógico pasar una revisión antes de salir de vacaciones, pero casi ninguno cae en la cuenta de la importancia que tiene también mover el coche durante el verano para así evitar averías.
Todo va depender de un factor fundamental. Si cuando llegas a tu destino tienes un garaje cubierto y con temperatura constante no tendrás mayor problema, pero la mayoría de los conductores se ve obligado a dejar el coche aparcado donde buenamente pueden y, en muchas ocasiones, bajo un sol de justicia que no le viene precisamente bien.
2Mover el coche, sinónimo de combatir el calor
Como ya sabes a la perfección, en España, las temperaturas que se alcanzan en verano son más que elevadas. De hecho, en los últimos veranos las temperaturas se han incrementado. Eso no solo afecta a la mecánica, sino también a la pintura, los plásticos interiores y, en general, a todos los acabados del vehículo que sufren bajo el tórrido sol.
De la misma manera que no es recomendable, por ejemplo, tener un coche parado durante el otoño o el invierno, si no quieres que se llene de hojarasca o que no te arranque a la primera tras pasar noches y noches de heladas, en verano es más que recomendable que lo muevas. Más o menos a menudo, sin obsesionarte, pero sí lo justo y necesario para evitar que se vea afectado por el calor.
