En verano solemos viajar más, estar en activo, cumplir sueños pospuestos todo el año y vivir aventuras con nuestra familia o amigos. Para todo, nuestro coche suele ser indispensable. Seguro que muchos conductores piensan que es lógico pasar una revisión antes de salir de vacaciones, pero casi ninguno cae en la cuenta de la importancia que tiene también mover el coche durante el verano para así evitar averías.
Todo va depender de un factor fundamental. Si cuando llegas a tu destino tienes un garaje cubierto y con temperatura constante no tendrás mayor problema, pero la mayoría de los conductores se ve obligado a dejar el coche aparcado donde buenamente pueden y, en muchas ocasiones, bajo un sol de justicia que no le viene precisamente bien.
1Ojo con irte y dejar el otro coche a la intemperie
También puede ocurrir un clásico de todos los veranos y es que te vas de vacaciones más de una semana con uno de los coches que hay en casa y el otro se queda aparcado, generando unas consecuencias a tu regreso que no tardarás mucho en descubrir.
En este caso, una posible solución es que compres una funda y se la pongas. Con eso evitarás no solo que se ensucie, sino que el sol no incida de forma directa. Esto es especialmente importante en las horas centrales del día en las que se concentra tanto calor. Pero no lo olvides… Lo que importa es el interior. Para todo. Por eso no debes obviar que la temperatura seguirá siendo alta y afectará a los acabados del habitáculo.
