La DGT intenta dotar a nuestras carreteras de los medios mas avanzados a fin de procurar unas condiciones de seguridad que consigan paulatinamente reducir los índices de siniestralidad, tónica que por otro lado es la habitual con el paso de los años. Los avances tecnológicos en sistemas incorporados a los coches, y también a la red vial, son los causantes principales de esta situación, ya que demostrado queda que la actitud humana cuesta mucho modificarla.
Los cruces inteligentes utilizan tecnología car-to-X
Intercambio de información entre vehículo-infraestructura-vehículo, cuyo fin principal es el de advertir de la proximidad de automóviles en una intersección.
Así, las señales dinámicas, los sensores y la estación de procesamiento de datos operan conjuntamente de la siguiente manera:
- El vehículo que se aproxima a la intersección es detectado por una serie de sensores colocados en la calzada.
- Los sensores mandan una señal al centro de gestión de datos, éstos reciben la señal y activan la señalización dinámica, avisando así a los vehículos que circulan por la vía principal de la presencia o aproximación de otro vehículo por la vía secundaria.
- Una vez que el vehículo que se aproxima a la intersección alcanza la línea de detención, los mismos sensores envían una señal continua al procesador y éste a su vez a la señal dinámica, manteniéndola encendida mientras el vehículo se encuentra detenido.
- Después de que el vehículo de la vía secundaria inicia el franqueo de la intersección, la señal se mantiene activa durante el tiempo que dura la maniobra: unos tres segundos, aproximadamente, aunque cada caso depende de la geometría específica de cada cruce.
Dependiendo del tipo de cruce, las señales dinámicas y los sensores están ubicados de diferente forma en función de si son de tres o cuatro ramales, si la incorporación es directa o disponen de carril de espera y si éste último es central o no. Asimismo, son también susceptibles de ir ubicados en glorietas partidas.
